Tres formas de evitar una discusión en pareja

El autor es psicoterapeuta, autor-conferencista y filántropo

Hasta las parejas más estables y felices tienen discusiones; estas pueden ser por distintas situaciones desde la más sencilla como dejar la toalla mojada sobre la cama u otras más complejas como no estar de acuerdo con la forma que tu suegra trata a tus hijos.

En cualquiera de los casos anteriores, las discusiones lejos de ser negativas, pueden ser positivas al promover el bienestar de la pareja una vez que cada uno da a conocer su punto de vista, de forma respetuosa y mesurada, para llegar a acuerdos, en beneficio de la relación de pareja.

En el caso de que una discusión empiece a convertirse en una batalla campal de acusaciones e insultos es conveniente revisar cómo está la comunicación; en ese sentido revisaremos 3 formas de evitar una discusión de pareja:

La forma y contenido lo es todo. La comunicación no verbal dice mucho y a veces más de la cuenta, cuida la forma de tus gestos, miradas, respiración ya que puede hacer que la discusión tome un rumbo distinto en la negociación.

El tono de voz al decir algo y la forma en que estructuras tu mensaje puede tener un significado diferente:

No es lo mismo decir: “no soporto la forma en que tu mamá trata a los niños”. Que decir, “respeto la forma en que tu mamá demuestra su afecto, pero considero que no es lo más conveniente para la crianza de nuestros hijos”.

En ambos casos se muestra la inconformidad, en el primero de forma directa y con poco tacto y puede herir susceptibilidades. Y en el segundo, aunque es directo, se valida la intención de que “no está funcionando para ambos”. Al final del día se trata de la madre de tu pareja, no de una desconocida.

Comprendo lo que dices. En una discusión no es necesario tener siempre la razón y mucho menos hacer ver a la otra persona que está en un error, no es un examen de química, y mucho menos a la menor provocación echárselo en cara: “has reprobado”.

Iniciar tu aportación en la conversación con la frase “comprendo lo que dices”, con esto tu pareja se sentirá escuchada y valorada. Eso motiva a la parte receptora a hacer lo mismo.

Por ejemplo: “Comprendo lo que dices, intentaré hacerlo diferente la próxima vez. ¿me puedes ayudar cuando ocurra de nuevo?”

Tu pareja estará atenta a apoyarte sin recriminar la falta cuando suceda de nuevo. Agradece el trato hecho entre ambos, esto, cultivará discusiones más saludables.

¿Qué podemos hacer al respecto? Está pregunta hecha de forma honesta y respetuosa, deja de lado toda negatividad y agresividad en la discusión. Reafirmando que se trata de un asunto de dos, es decir de una pareja y no de un asunto de uno con un desconocido.

Una pareja en busca de soluciones, que, si bien no se consiguen de forma inmediata, sí es un punto de partida para fomentar que la comunicación y la escucha activa sea una constante en la relación.

Con estas formas revisadas podemos evitar discusiones tormentosas y sobrellevar conflictos del día a día.

Recuerda que todas las parejas tienen discusiones, pero las que practican las formas antes revisadas, son más equilibradas y gozan de una relación más fuerte.

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El autor es psicoterapeuta, autor-conferencista y filántropo.

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