Turismo médico y Covid-19
El turismo médico en México ha mostrado potencial no únicamente en esta entidad, sino que a lo largo de los últimos años diferentes estados continuaron desarrollándose mejor en la industria, entre ellos: Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora y Tamaulipas.
Recordemos que el turismo médico se puede definir como “el proceso de viajar fuera del país de residencia con el fin de recibir asistencia médica”. Antes de la pandemia por el coronavirus, en
distintas investigaciones y noticias se pronosticaba una mejoría en este sector pues los principales clientes son estadounidenses, los cuales acudían a nuestro país por el ahorro en los tratamientos recibidos y la calidad de los mismos.
Gran parte de la población estadounidense no cuenta con seguro médico y los pocos afortunados que resultan elegibles para un seguro deben cumplir con ciertos trámites, así que desde años atrás los estadounidenses vieron en México un destino viable dónde atenderse y al mismo tiempo nuestro país lo consideró una oportunidad para profesionalizarse y mejorar.
Hace varios años que México es considerado “el quirófano de Estados Unidos y Canadá”, por los ingresos que nuestro país genera como receptor de turistas que vienen a realizarse procedimientos médicos.
Más recientemente, había comenzado a crecer también su “hermano menor”, el turismo de bienestar. Pero la llegada de Covid-19 a nuestro país acentuó de nuevo la brecha. Si bien, todas las
actividades turísticas se detuvieron, algunos nichos soportaron mejor que otros los confinamientos e incluso encontraron ventanas de oportunidad.
Mientras muchas de las instituciones médicas en ciudades norfronterizas se convirtieron en “hospitales Covid” para pacientes extranjeros, los spas, salones de masajes y estudios de yoga, han vivido cierres demasiado largos.
“Claro que la pandemia afectó al turismo médico en México. Estamos operando al 30% de nuestra capacidad”, dice Carlos Arceo, presidente del Congreso Mexicano de la Industria del Turismo
Médico y agrega que otro gran problema para el subsector son las alertas del Departamento de Estado de EU por la inseguridad en el país.
Sin embargo, los altos costos de los tratamientos para el coronavirus en Estados Unidos han hecho que las personas que se contagian busquen opciones de este lado de la frontera. “Muchos (establecimientos) están funcionando como ‘hospitales Covid’, recibiendo pacientes extranjeros porque les resulta casi 200% más económico tratarse el virus aquí que en su país de origen”, dice Arceo.
En México, un tratamiento contra el Covid-19 cuesta 400 mil pesos en promedio para pacientes en internamiento hospitalario y 890 mil para cuidados intensivos, según informes de la Asociación
Mexicana de Instituciones de Seguros, que al cierre de agosto había pagado indemnizaciones de seguros de gastos médicos mayores por más de 3,632 mdp.
De esta manera, México no detuvo del todo su avance en el ranking de destinos turísticos médicos en el que ocupa el segundo lugar, solo después de Tailandia. Antes de Covid, se esperaba que nuestro país lograra superar en poco tiempo a su rival asiático, explica Carlos Arceo.
Cerca de Mexicali, a unos pasos de la garita de Andrade, se encuentra Algodones, cuya particularidad es ser un pueblo compuesto mayormente de consultorios dentales que, con cerca de 500 médicos, deja una derrama económica anual de 40 mdd.
Los precios de los tratamientos en Algodones pueden ser hasta 200% más bajos, como en el caso de una corona dental de sirconía, que puede costar 500 dólares, mientras que, del otro lado de
la frontera, el precio puede ser de 1,500 dólares.
A pesar de todo, el turismo médico post Covid-19 debe ser una herramienta para aumentar el ingreso del país y además el mercado estaría dispuesto a invertir más en su salud. Esperemos
que Sonora tome un camino correcto en esta industria.
El autor es director de Grössman Beyond Marketing y de Grössman Health.
Consultor en comunicación, escritor y conferencista.