¿Volverán a cerrar los restaurantes?
El estilo de vida de decenas de millones de personas en México depende de la industria restaurantera en todos sus niveles, desde la gran cadena de restaurantes hasta el pequeño puesto ambulante.
Aunque el Covid amenaza la salud, y las instituciones públicas y privadas no están equipadas para hacer frente a pandemias impredecibles como la que vivimos actualmente, la respuesta ante la crisis puede llevar a industrias completas al éxito o al fracaso.
Para tener una más amplia perspectiva de la situación debemos considerar algunos aspectos importantes para llevar nuestras opiniones a las cámaras y autoridades del Gobierno que pueden impactar positiva o negativamente a nuestra industria.
- La propagación del virus no depende de los horarios.
- La gente tiene derecho a decidir si sale o no de casa.
- El Gobierno debe proveer las medidas básicas manteniendo la operación de los negocios.
- Entre menos vendan los restaurantes, menos impuestos se recaudan y peor se pone un país que ya es pobre.
- Cada restaurante que cierra, aumenta el porcentaje de restaurantes que no se van a abrir. Mientras dejas que otros decidan por ti, éstas son algunas de mis recomendaciones para todos los restauranteros que deciden no cerrar y “aguantar vara”.
- No cierres hasta que no tengas otra alternativa.
- Aprovecha el apoyo de tu familia y amigos, solicítales que te consuman.
- Cuida a tu gente clave, a parrilleros, cocineros y meseros que demuestran su lealtad.
- Adáptate a la situación, modifica tus menús para sobrevivir mientras la situación cambia.
- La situación se invertirá, no como antes, pero volverá la prosperidad, estás a prueba!
Aunque tu actitud hacia la situación determina tu perspectiva, andar con la sonrisa en la cara no paga deudas.
Debes maximizar tu ganancia mínima y minimizar tu pérdida máxima.
La sobrevivencia es un asunto de economía, no de memes para mentes millonarias.
No pierdas el tiempo.
Maximiza lo que tienes y minimiza lo que sobra, ésa es la actitud de las pandemias.
Nuestro caso
Durante la pandemia no cerré el restaurante que abrí con mi equipo de parrilleros.
Éramos los únicos abiertos en un punto de la ciudad.
Durante los meses críticos, no ganamos ni perdimos, pero no inyectamos dinero en costos hundidos.
Aguantamos vara.
Conservamos el empleo de nuestros trabajadores, nos enfocamos en algunas eficiencias.
Contratamos un buen gerente de tiempo completo que nos apoya mientras trabajamos en nuestro empleo actual.
Recurrimos a nuestra familia y amigos para que consumieran nuestro menú ordinario y algunos pedidos especiales para esta situación.
Gracias a nuestra familia, amigos, empleados clave, y sobre todo, a nuestros clientes en general, no vamos a cerrar.
Vamos a ser los últimos de pie, no va a pasar, minimizamos y maximizamos, no traemos la carota de risa todo el tiempo, discutimos mucho, pero afrontamos la crisis, sacamos nuevos productos para el consumo en casa.
No nos rendimos ni nos vamos a rendir, somos los que abren primero porque nuestra comida tarda muchas horas, seguimos siendo los que “ahumamos mientras todos duermen”.
El arte de ser necio
Escribe tu propia historia, cuando pase la tormenta sólo quedarán los fuertes, los espartanos, pero sobre todo: los necios.
La necedad es un arte y una ciencia, es un arte porque es una cualidad subjetiva; es una ciencia porque la perseverancia requiere de enfoque y el enfoque de la toma de decisiones.
Lo que más me gusta de mí es que ¡soy el más necio del mundo!
El autor es Campeón Nacional de Parrilladas 2017.