Y tú, ¿cómo te hablas?
¿ Cómo hablas contigo mismo?, ¿te regañas constantemente?, ¿te felicitas cuando algo sale bien?
Estás trabajando en algo, no te das cuenta y de repente te encuentras a ti mismo diciéndote: ‘¡ay, qué tonto!, ¡me equivoqué de nuevo!, ¡no sirvo para nada!
A veces lo decimos tantas veces que hasta terminamos creyendo que es verdad.
Sin embargo, si alguien pregunta, ¿en realidad eres tonto?, tal vez responderás: ‘no, así digo nomás’.
Pero ¿de dónde viene ese lenguaje repetitivo?
Obviamente en algún momento, lo hemos aprendido y aunque pueden haber pasado varios años, sin darnos cuenta, seguimos manteniendo esa comunicación presente en nuestras vidas.
En nuestra niñez, nos enseñaron a creer lo que para los adultos era correcto, (esto de acuerdo con su época y realidad).
No obstante, lo que era aplicable, en este momento ya no lo es, ya que el tiempo ha pasado y todo ha cambiado.
La manera de educarnos depende de nuestros padres, maestros, abuelos, pero llega el tiempo donde somos responsables de la forma como seguimos hablando con nosotros mismos, entonces el cambio ahora depende de ti.
Podemos empezar a romper esos patrones de comunicación y crear un nuevo modelo para aceptarnos desde la compasión y el amor.
En esa comunicación también hubo palabras luminosas y tan cotidianas que sostienen una vida entera: ‘qué sencillo es amarte’, ‘qué bonita tu pintura’, ‘eres muy inteligente’, etcétera. La palabra otorga certidumbre o la arrebata.
Las palabras tienen el impacto de elevarnos o dejarnos caer, pero las palabras actúan de diferente forma de acuerdo con la persona que las recibe; si las palabras no fueron importantes, ¿por qué seguir reforzándolas en nuestra mente?
Las palabras, como todo en la vida, tienen su tiempo.
El autoamor es la manera positiva como nos valoramos y amamos a nosotros mismos, pero es importante fortalecerlo día a día, así como cambiar lo que nuestra mente nos dice, y hacerlo es todo un reto.
Así que la propuesta empieza aquí.
A partir de hoy empieza a trabajar con la manera de verte y hablarte.
1.-Escribe primero la manera como tú te percibes y qué pensamientos constantes hacia ti.
2.- Pregunta a personas de confianza el concepto que tienen de ti y evalúa cómo te comunicas con los demás.
3.- Elabora la forma como quisieras que los demás te vean y hablen.
4.-Empieza a trabajar con esa información, revisa qué creencias cambiaron para ti, así como los cambios en la comunicación contigo mismo y con los demás.
La autora es Licenciada en Psicología.
psic.gladys12@gmail.com