La muerte alcanzó a Matthew Perry tras varios problemas de salud
El mundo del entretenimiento perdió a una de sus estrellas este sábado; Matthew Perry, vivió a lo largo de sus 54 años de vida varias batallas contra la muerte, enfrentando una serie de desafíos de salud física y emocional que mantuvieron a sus admiradores en vilo.
En 2019, Perry escapó milagrosamente a la muerte después de sufrir una explosión en el colon debido al uso excesivo de opioides, una adicción que había luchado durante años. Los médicos le dieron solo un 2 por ciento de posibilidades de sobrevivir.
Durante dos semanas, Matthew Perry estuvo en coma, y al despertar, se encontró con la desgarradora noticia de que tenía que usar una bolsa de colostomía durante los siguientes nueve meses.
Sin embargo, la lucha del actor de 'Friends' contra la adversidad no terminó allí. Tan solo dos años después de su emergencia médica, sufrió un paro cardíaco mientras se encontraba en un centro de rehabilitación en Suiza, donde los médicos le administraron un sedante que interactuó peligrosamente con los opioides en su cuerpo ya debilitado.
Aunque lograron resucitarlo, el proceso le causó la fractura de ocho costillas, lo que lo obligó a retirarse de una oportunidad de actuación junto a Meryl Streep en la película 'Don't Look Up', un proyecto que describió como "desgarrador."
Sus problemas durante 'Friends'
A pesar de haber alcanzado un éxito fenomenal como uno de los actores mejor pagados del mundo durante su tiempo en 'Friends', el dinero también se escapó tratando de superar sus adicciones.
Matthew Perry calculó haber realizado unas 6 mil visitas a Alcohólicos Anónimos, haber estado en rehabilitación 15 veces y haberse sometido a 12 operaciones para mantenerse sobrio, con un gasto estimado de 9 millones de dólares en su búsqueda de la recuperación.
Los problemas de salud de Matthew Perry también incluyeron variaciones drásticas de peso, las cuales se volvieron un tema recurrente durante décadas. Durante el período en que interpretó a Chandler Bing en 'Friends', su peso osciló entre 9.2 y 16.1 libras. La fluctuación se atribuyó a su lucha contra el dolor, que en ocasiones lo llevaba a recurrir a analgésicos, y en otras, a abusar del alcohol.
Juventud plagada de vicios
Su consumo de alcohol comenzó temprano en su vida, a la edad de 14 años, con cerveza y vino barato. Para el tiempo en que cumplió 21 años, su relación con el alcohol ya mostraba signos de estar fuera de control. Perry también desarrolló una adicción al Vicodin, un potente analgésico que tomaba en cantidades exorbitantes, mucho más allá de la dosis recomendada.
El actor confesó que no usaba estas sustancias para experimentar una sensación de euforia, sino más bien para escapar de la realidad, sumiéndose en un estado de entumecimiento. Esta lucha constante lo llevó a vomitar con regularidad y a tener dos toallas al lado del baño, una para limpiar el vómito y la otra para secar las lágrimas.
A lo largo de su carrera, incluso mientras trabajaba en proyectos cinematográficos como 'Serving Sara' con Elizabeth Hurley, Perry luchó contra sus demonios personales, consumiendo metadona, Xanax para la ansiedad, cocaína y grandes cantidades de vodka diariamente.
La muerte de Matthew Perry representa la pérdida de un talento excepcional y un recordatorio de las batallas de salud física y emocional que a menudo se esconden detrás de las luces brillantes de Hollywood.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIA REFORMA