Apenas empieza la debacle económica
Hay que reconocer que la inmensa mayoría de los mexicanos fuimos incrédulos ante la expansión mundial del coronavirus y especialmente en México y Estados Unidos.
Al igual que el apóstol Tomás, citado el pasado domingo en el Evangelio, queríamos ver antes con nuestros propios ojos los efectos de la enfermedad en alguna persona cercana.
Lo menos que dijimos fue que se trataba de un “cuento chino” y que en cuestión de semanas se superaría para seguir nuestras vidas normales o anormales como usted lo considere.
México y en especial Sonora todavía se salvan de la gravedad del Covid-19 en cuanto al número de casos y fallecimientos en comparación con Norteamérica, España e Italia, pero aún así vemos con preocupación que las cifras aumentan día a día sin que la pandemia muestre un repliegue.
Pero si en el tema de salud hemos vivido alarmados en las últimas semanas, el segundo problema delicado y quizás de mayor profundidad y duración será la catástrofe económica que se avecina.
Hasta hace unos días éramos optimistas al pensar que la pandemia provocaría solo un tropezón económico que sería superado a unos meses de levantarse la contingencia sanitaria.
Sin embargo, los expertos y las evidencias comienzan a decir lo contrario, algunas voces hablan de que viviremos una recesión mundial peor a las grandes depresiones de 1929 y del 2008.
Desde luego todo está por verse, pero lo ocurrido ayer con la caída en los precios futuros del petróleo que por primera vez en la historia cotizaron en negativo resulta demoledor para los países y las compañías productoras.
En Estados Unidos el precio por barril cayó a –37.63 dólares cuando a principios del año se vendía en 60 dólares y apenas el viernes cerró en 18.27 dólares. En tanto la mezcla de crudo mexicano se cotizó ayer a –2.37 dólares por barril, la semana pasada se vendió en 14.35 dólares.
Los expertos hablan de una coyuntura temporal toda vez que no existe para mayo capacidad de almacenamiento de petróleo en nuestro hemisferio ante la caída dramática del consumo de energéticos. Pero también podría tratarse de la punta de un iceberg.
Antes de la pandemia se consumían cerca de cien millones de barriles diarios, ahora calculan que la demanda ha caído entre un 20 y un 25%.
En la reciente cumbre de la OPEP se acordó reducir la producción diaria en 9.7 millones de barriles diarios, cantidad muy por debajo de la caída en el actual consumo mundial.
El desplome de los precios del petróleo traerá consecuencias muy serias para países como México que exporta más de un millón de barriles de los 1.7 millones de barriles que produce.
Si la cuarentena mundial se alarga podría originarse un efecto dominó en donde otros productos de gran demanda se hundan como el cobre, cemento, acero, además de materias primas animales y vegetales.
No por nada el presidente Donald Trump está desesperado porque la actividad productiva se reabra e inicie la recuperación, aunque primero viviremos algún tiempo los efectos dramáticos del freno mundial de la economía por el coronavirus.
En México, el gobierno de López Obrador sigue en la negación, mantiene su postura del “vamos muy bien” cuando es un hecho que cerca de medio millón de mexicanos se han quedado sin trabajo y miles de empresas se irán a la quiebra y otras tardarán largos meses en recobrar su paso.
Todo lo que se haga ahora para evitar la caída libre será trascendental, tanto a nivel regional como nacional. Si somos incrédulos las consecuencias serán espantosas.
Noticias varias…
Conforta saber que en Hermosillo los hospitales públicos y privados tienen capacidad de sobra para atender a enfermos del coronavirus lo que no ocurre en Mexicali, Tijuana y San Luis Río Colorado donde ha golpeado el Covid 19 … Le tupieron duro en los medios nacionales al presidente López Obrador por la compra del estadio Héctor Espino por un valor de 511 millones de pesos, en honor a la verdad nadie explicó que la venta fue pactada hace un año y que se trata de un buen negocio para el gobierno federal al adquirir el inmueble en una extensión de 70 mil metros cuadrados que vale oro por su ubicación… Phoenix,
Arizona, cuya oferta en estadios es vasta, podría convertirse en la capital de las ligas mayores. Surgió un proyecto para concentrar ahí los equipos de beisbol -30 en total- y jugar en estadios sin público, pero televisados a nivel nacional. Se analizan protocolos sanitarios y técnicos, y se realizan pláticas con los jugadores para llegar a un acuerdo y poder abrir la temporada 2020.