Marín, un demonio menos suelto
Un lento o mejor dicho lentísimo, pero avance al fin de la justicia mexicana, se registró esta semana con la captura –quince años después— del exgobernador de Puebla, Mario Marín, por arresto ilegal y presuntas torturas en contra de la periodista Lydia Cacho.
Los hechos de aquel sonado caso no han sido olvidados por buena parte de los mexicanos.
Fue en noviembre de 2005 cuando la escritora publicó su libro “Los demonios del Edén” en donde denunciaba una vasta red de prostitución y abuso sexual infantil en las inmediaciones de Cancún, Quintana Roo, en donde intervenían entre otros poderosos el hotelero de origen libanés Jean Succar Kuri.
Cacho había publicado varios artículos periodísticos donde involucraba a Succar en la mafia de pederastas y lanza el libro después de que el empresario había sido capturado en Arizona a petición de la Interpol y de la entonces Procuraduría General de la República.
El libanés reconoció en algún momento haber tenido relaciones sexuales con menores, incluso con alguna niña de cinco años de edad y de haber tejido una red de prostitución y pornografía infantil.
En el libro Cacho menciona al empresario poblano Kamel Nacif, también de origen libanés y amigo de Succar, quien formaba parte de esta mafia de pederastas y quien apoyado en su influencia y poder denunció a la comunicadora y luego mandó aprehenderla por las autoridades poblanas.
Nacif aprovechó sus conexiones con el entonces gobernador Marín, quien al estilo del viejo y autoritario priismo ordenó a un comando policiaco viajar a Quintana Roo para arrestar a Lydia Cacho y traerla hasta Puebla para enjuiciarla bajo los cargos de difamación y calumnias en contra del “rey de la mezclilla” como se le conocía al magnate poblano.
Además de actuar fuera de su jurisdicción, los agentes comisionados llegaron al extremo de torturar y abusar sexualmente de la periodista quien vivió un infierno durante las horas que duró su traslado del sureste del país a la ciudad de Puebla.
Con la captura de Mario Marín, a quien Nacif hizo famoso cuando se refirió a él como “mi gober precioso”, se cierra un capítulo más en esta dramática historia de abusos y excesos por parte de mafias del poder que a punto estuvieron de cobrar la vida de la comunicadora.
Mientras Jean Succar purga una condena de 112 años por los cargos comprobados que hicieron en su contra decenas de testigos de sus abusos, incluyendo algunas menores, Nacif ha sido ubicado en Líbano luego de huir de la justicia mexicana.
De acuerdo al fiscal general de la República, Alejandro Gertz, la dependencia inició un proceso de extradición con el Gobierno libanés para regresar y procesar en México al inculpado de aquel suceso.
Varios policías que participaron en la aprehensión de Lydia Cacho también han sido procesados, pero no todos, por lo que las pesquisas continúan para aplicar justicia a un aterrador caso de abuso de autoridad, exceso policiaco y ataque a la libertad de expresión.
Han pasado, pues, quince años de los hechos y pareciera que finalmente se hará justicia a la comunicadora, quien escribió en las redes sociales “vamos por todos”, en lo que su primera reacción al arresto de Mario Marín.
Al fin, pues, una de cal por tantas de arena en México.
Noticias, noticias…
Si tan segura está de su reelección, ¿por qué no solicita licencia la alcaldesa Célida López y se dedica a organizar su campaña? Hay que recordar que los ciudadanos desean funcionarios de tiempo completo y no a medias, como sucederá de aquí en adelante. También sería conveniente preguntar a doña Célida si en caso de perder la elección dejará el cargo en manos de su suplente o si regresará a cobrar la nómina durante los últimos tres meses… No le quedó otra al Gobierno mexicano que autorizar la vacuna rusa Sputnik V y organizar su aplicación en los próximos meses si es que llegan los 24 millones de dosis que el presidente Vladimir Putin le prometió a López Obrador. Veremos cuántos mexicanos se animan a ponerse esta vacuna que ha sido tan cuestionada.