¿Tendremos algún día a un estadista en Palacio?
Quien no recuerda aquel chiste sobre un automovilista despistado que se metió en sentido contrario en unas de las vialidades más transitadas de la población.
Como pudo esquivaba los vehículos que venían contra su auto cuando escuchó en la radio que “un conductor desequilibrado viajaba a toda velocidad en sentido contrario, por favor tomen sus precauciones”, alertaba preocupado el locutor.
“¿Un conductor desequilibrado? Más bien son un montón de locos”, prorrumpió el susodicho.
No sabemos por qué, pero este popular chascarrillo nos recuerda la situación que vive hoy en día nuestro México en relación a su presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario envió hace unos días una propuesta a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para poder enjuiciar a los expresidentes mexicanos y la respuesta por parte del ministro Luis María Aguilar fue contundente:
“La propuesta violenta el principio de presunción de inocencia y vulnera el principio de igualdad ante la ley de todos los mexicanos… Es un concierto de inconstitucionalidades”.
López Obrador, molesto por el proyecto del destacado jurista que seguramente apoyará la Corte el próximo jueves, pidió a los ministros que no se dejen intimidar y para descalificar a Luis María Aguilar preguntó que cuál expresidente lo había postulado para la Suprema Corte.
Horas después, en la tradicional y criticada “mañanera”, el jefe del Poder Ejecutivo realizó un atropellado análisis sobre los artículos y columnas críticas que aparecieron ese día en los principales diarios capitalinos.
El resultado fue otra vez concluyente: cerca de 70% de los artículos expresaban puntos de vista negativos o simplemente cuestionaban las acciones del Gobierno federal y su 4T.
A ello AMLO respondió: “todas las notas, artículos, columnas están dedicadas a criticarnos, a atacarnos sin fundamento, en muchos casos viles calumnias”.
Y fue todavía más lejos:
“Si ellos están reaccionando de esta manera es porque vamos hacia delante, es decir, se va transformando al país y también que se sepa nunca jamás vamos a restringir las libertades”.
Una más: a nivel mundial nuestro país ocupa el cuarto lugar en número de muertos por Covid-19 y está entre los diez con mayor número de contagios.
Los cuestionamientos por la estrategia fallida del Gobierno mexicano han sido constantes y copiosos por periodistas y analistas tanto al interior del país como en el extranjero.
Al respecto, López Obrador ha defendido una y otra vez al subsecretario Hugo López-Gatell bajo el argumento de que la estrategia ha funcionado bien y que, con base en el tamaño de su población, México tiene menos fallecidos por Covid-19 que Estados Unidos, Brasil, Chile, Perú, España, Inglaterra e Italia.
Es por demás cuestionable lo anterior, simplemente en el caso de Estados Unidos -el peor país de la pandemia a nivel mundial el monto de fallecidos asciende a 205 mil con una población total de 328 millones, es decir, ha muerto una persona por cada mil 660 habitantes.
Mientras en México los fallecidos suman poco más de 76 mil personas con una población total de 127 millones, esto significa que uno ha fallecido por cada mil 671 mexicanos, lo que nos coloca por encima del vecino país.
En resumen, López Obrador mantiene su deschavetada política de culpar a los demás por las críticas de sus errores, tal como lo hace el loquito del chiste, en lugar de aceptar sus fallas o cuando menos discutir y dirimir argumentos a un nivel propio de su investidura.
Es muy lamentable para el país que a estas altura del Gobierno de Morena -casi dos años- se insista en fomentar la confrontación entre los mexicanos y sus sectores tal como si se buscara una insurrección que sería el mejor pretexto para instaurar una dictadura.
¿Queremos tener en Palacio un loquito peleonero o un estadista visionario que sepa unir a México hacia un mismo rumbo en medio de las discrepancias propias de una democracia?
Noticias, noticias…
De nueva cuenta se dispararon los casos de violencia en Sonora, especialmente en Cajeme, donde ayer se realizó una marcha ciudadana en favor de la paz y la justicia.
No entendemos cuál es la razón de que las autoridades sonorenses no han podido dar en el clavo cuando otras entidades han reducido de manera significativa sus índices de violencia.
¿Por qué no darle la misma importancia que la pandemia, la cual merece una conferencia y un análisis diario en torno la situación regional?.