Visita riesgosa a la Casa Blanca
Hoy a mediodía el presidente Andrés Manuel López Obrador abordará con una reducida comitiva un vuelo comercial para viajar a la ciudad de Washington donde mañana miércoles se reunirá con su homólogo estadounidense Donald Trump.
Es la primera vez que AMLO sale del país desde que asumió la Presidencia y lo hace en un momento muy complejo por la pandemia y la crisis económica mundial.
Las críticas le han llovido al Jefe del Ejecutivo por este periplo ante el peligro de que Trump lo utilice como carnada para su campaña presidencial y acabe por humillarlo como sucedió con Enrique Peña Nieto en aquel terrible encuentro de Los Pinos en el año 2016.
El riesgo que corre el Gobierno mexicano es enorme pero no le quedaba otra porque desairar la invitación a la Casa Blanca le habrían significado algunas represalias por parte de Trump.
El encuentro entre los dos presidentes que en el pasado se realizaba prácticamente cada año, parece ser oportuno, necesario y esperamos que útil para ambos países.
Habría sido estratégico realizarlo en un lugar neutral como un punto fronterizo en lugar de meterse hasta la Casa Blanca donde el Gobierno de Trump manejará a su antojo la agenda, comunicados, rueda de prensa y medios de comunicación.
En regímenes pasados se acostumbraba realizar cada sexenio una visita de estado a Washington para la presentación del gobernante mexicano ante la clase política y económica.
En 1989 estuvimos en la gira del presidente Carlos Salinas de Gortari, quien fue recibido con bombos y platillos tanto en la Casa Blanca como en el Congreso.
Salinas significaba para Estados Unidos el retorno a la economía de mercado luego de los gobiernos populistas de Luis Echeverría y José López Portillo y el de transición de Miguel de la Madrid.
George Bush padre se esmeró como anfitrión al grado de ofrecer una cena de gala con todo y bailongo para Salinas de Gortari y comitiva.
Recordamos dos anécdotas: una cuando le negaron la entrada al laureado pintor Rufino Tamayo a la mansión presidencial porque su nombre no aparecía en la lista de invitados.
Indignado el artista oaxaqueño dio media vuelta para tomar un taxi al hotel, pero minutos después un guardia de seguridad lo alcanzó para disculparse por el error y conminarlo a regresar.
La segunda fue del líder de los telefonistas Francisco Hernández Juárez, reconocido por su línea de izquierda radical, quien aceptó a regañadientes ponerse un traje esmoquin para participar en el convivio.
En aquella gira Salinas de Gortari viajó en el recién estrenado Boeing 757 con una amplia comitiva de funcionarios e invitados especiales.
Eran tiempos de lujo y derroche, la gira se prolongó por casi una semana con escalas en Nueva York y Boston.
En esta ocasión López Obrador estará acompañado por el canciller Marcelo Ebrard, el jefe de Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo; la secretaria de Economía, Graciela Márquez; y la embajadora de México, Martha Bárcena.
No asistirá su esposa ni sus hijos como solía ocurrir en el pasado.
No hay grandes esperanzas para que esta gira cambie el curso de las relaciones entre México y Estados Unidos, quizás sirva para que Trump mantenga su buena relación con López Obrador y le baje una rayita más a su hostilidad contra los inmigrantes mexicanos y evite en público temas ásperos como el financiamiento del muro fronterizo y la violencia en México con casos como la masacre de la familia LeBarón.
Difícil pensar que AMLO se faje frente a su homólogo y le exija un alto a la discriminación de los indocumentados mexicanos así como una solución definitiva para los jóvenes “dreamers” que siguen sin resolver su situación migratoria.
Tampoco creemos que López Obrador tenga la audacia para demandar un alto al consumo de drogas en Norteamérica y menos un freno al trasiego de armas hacia México.
Pero esperamos que controle su “modito” y no convierta la rueda de prensa en una “mañanera” en donde regañe a la prensa “fifí” yanqui y la emprenda contra sus “adversarios norteamericanos”.
Ni que a estas alturas reclame una disculpa por parte del Gobierno estadounidense por las invasiones, guerras y agresiones en contra de México a través de la historia sin olvidar el despojo territorial de California, Arizona, Nuevo México y Texas.
¿O acaso sí se atreverá a todo lo anterior?
Noticia final…
Un artículo imperdible es el del intelectual y escritor Enrique Krauze, recién publicado en la revista “Letras Libres” y que lleva por título “Un gobierno destructor”.
Puede leerlo en https://www.letraslibres.com/mexico/revista/un-gobierno-destructor