Schiaparelli: del cielo al Inferno
Actualmente la industria de la moda se vuelve cada vez más surrealista, desafiante, polémica e impredecible ¿A dónde se está dirigiendo? No es una pregunta difícil de responder, sin embargo es muy complejo de comprender. Este año será aún más retador que nunca, a tan solo algunos día de enero la industria de la moda ya nos ha mostrado más de lo que vimos en años anteriores.
Con el regreso de las pasarelas, hace unos días se presentó la nueva colección de Haute Couture Spring Summer 2023 de Schiaparelli, y como es habitual causó gran revuelo en redes sociales. A través de las incontables críticas y opiniones que se generaron en torno a ella, no pude evitar preguntarme hacía qué rumbo nos estamos dirigiendo en la industria de la moda, es decir, claramente queremos mostrar algo nunca antes visto pero a veces el precio que pagamos es excesivamente elevado.
La colección presentada lleva el nombre de “Inferno”, fue dirigida por el diseñador estadounidense Daniel Roseberry, quien tomó inspiración del poema del siglo XIV en “La Divina Comedia” de Dante Alighieri, en él se destaca a un poeta que desciende por los nueve círculos del infierno y encuentra a un leopardo que representa la lujuria, un león que simboliza el orgullo y una loba que personifica la avaricia. Schiaparelli, a pesar de ser una casa de moda que se caracteriza por su innovación técnica y referencias surrealistas, esta última propuesta generó bastante controversia y desagrado desde un principio.
A través de la pasarela de Alta Costura modelos como Naomi Campbell e Irina Shayk desfilaron vestidos y abrigos de terciopelo o piel sintética, adornados de cabezas de león y lobo gigante. Fuera de estas piezas el show volvía a su normalidad pues se presentaron trajes, conjuntos y vestidos completamente del agrado de los espectadores, sin embargo, el disgusto, la polémica y las reacciones negativas de los usuarios en redes sociales se mantuvieron. El ataque a Schiaparelli no es sorpresivo, ya que en los últimos años la moda ha manejado conceptos como “fur free” o “cruelty free”, bajo el discurso de una industria más sostenible y amigable con el ecosistema.
Actualmente la moda, una herramienta que nos pertenece en su totalidad, es el espejo de la sociedad, en ella se ve ha visto reflejado el despertar de la consciencia global de los últimos meses. La ética de las prendas, la moda vegana y el movimiento sustentable se han unido en una misma vía que nos conduce hacía un futuro en el que la estética classy se ha desprendido de las pieles, por ello, el ver nuevamente en vestidos o abrigos la piel de animales exóticos nos vuelve a encender una señal de alarma.
Aunque Roseberry aclaró que las cabezas no eran reales y estaban elaboradas con resina hiperrealista hecha a mano, la crítica se siguió extendiendo. Aunque cada pieza era sintética, no lo parecía en lo absoluto, el diseñador nos mostró su creación a modo de una naturaleza hecha por el hombre pero los usuarios percibieron un negativo de sus diseños. Mientras algunos interpretaron la colección como un guiño al vínculo del surrealismo y otros como una declaración irónica sobre lo absurdo de usar pieles animales, PETA, una organización en pro de los derechos de los animales, elogió las cabezas tridimensionales y las calificó como fabulosamente innovadoras pues alienta a futuras pasarelas a seguir con diseños 100% libres de crueldad animal.
Schiaparelli nos demostró que podemos sostener los excesos de estilismo durante la Alta Costura sin la necesidad de lastimar a terceros. A pesar de la negatividad de las redes sociales, la casa de moda logró su cometido, incendió el infierno desde las pasarelas posicionándose en la cima. De la mano de Daniel Raspberry, Schiaparelli seguirá manteniendo la idea de lo inesperado, una vez más fuimos testigos de su mente maestra.
Respondiendo a la pregunta del principio: con alternativas sintéticas podemos dirigirnos a una industria sustentable. La puerta ya se encuentra abierta, solo hay que entrar.