Caso Cienfuegos: Fiscalía en falta
Mientras para la Fiscalía neoyorquina el exsecretario mexicano de Seguridad, Genaro García Luna, trabajaba para el delincuente más buscado en el planeta después de Osama Bin Laden, o sea “El Chapo” Guzmán, para la DEA, el exsecretario de la Defensa Nacional de México, Salvador Cienfuegos, estaba al servicio de un capo de medio pelo a quien apodaban “El H2”.
Sin menospreciar a ninguno de ambos acusados, en ellos aplica eso de que “hasta en los microbuses hay rutas”, y un general de división al mando del Ejército pesa mucho más y tiene mayor poder que un jefe policiaco.
Aceptando sin conceder lo que parece carecer de lógica, existen otros ángulos que nutren el escepticismo, entre otros que, según “The New York Times”, se logró la identificación de Cienfuegos porque, en un diálogo (entre “miles” interceptados), dos narcoachichincles hablaban de alguien apodado “El Padrino”; uno preguntó quién era este sujeto y el otro respondió que en ese momento lo podía ver en la televisión.
Los agentes indagaron y en uno de los centenares de canales que pueden verse en México, ¡chín! vieron al prominente General.
Dadas las graves acusaciones que pesan en su contra, la DEA y la Fiscalía están obligadas a contar con algo más que grabaciones como la referida, programaciones de televisión (abierta y restringida) y desconfiables afirmaciones de criminales habilitados de “testigos protegidos” que, para conseguir la reducción de sus condenas, inventan cuentos contra quien sea y se prestan a incriminar a quienes sus captores quieren.
México adoptó una variante de la misma receta y el caso que mejor ilustra su fragilidad es el de Emilio Lozoya, quien ha sido incapaz de probar sus dichos y del que la autoridad ya ni pío dice desde que fueron divulgados los videos en que Pío López Obrador era sobornado con dinero público.
Narcotráfico y lavado de dinero son los cargos por los que Cienfuegos fue detenido, por lo cual sorprende que el presidente López Obrador diga que sólo si se le demuestran en el tribunal neoyorquino se le investigará en México.
El Artículo 221 del Código Nacional de Procedimientos Penales establece:
“La investigación de los hechos que revistan características de un delito podrá iniciarse” por denuncia, por querella o por su equivalente (…).
“Tratándose de delitos que deban perseguirse de oficio”, bastará para el inicio de la investigación la comunicación que haga cualquier persona (…).
“Tratándose de” informaciones anónimas, “la Policía constatará la veracidad de los datos…”.
Son perfectamente rastreables las fortunas mal habidas y nada por el estilo refleja el viaje clasemediero que Salvador Cienfuegos y su familia hicieron a Los Ángeles para visitar Disneylandia.
El jueves lo capturaron.
Al día siguiente o el sábado, a más tardar, ya se estaba haciendo tarde para que la Fiscalía General de la República (con apoyo de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda) supiera todos los movimientos de dinero del divisionario y su parentela en el sistema bancario...