Cuánta capacidad para el arrastre
En las mañaneras ya no escandalizan las barbaridades que suelen exponerle al anfitrión los “periodistas” patito que tanto consiente la oficina de prensa de Jesús Ramírez Cuevas (quien debiera seguir como vocero pero de la Fiscalía General de la República por su incontinente gana de sumarse a la persecución policiaca de los foristas del Conacyt), pero siempre me sorprende que López Obrador los tome como interlocutores y responda cuanta estupidez le plantean.
Ayer, uno de la banda Los moléculos planteó:
–Buenos días, Señor Presidente, muchas gracias. Ricardo Sevilla, de Regeneración Mx.
“No me gusta el equilibrismo verbal, Señor Presidente, y por eso voy a hacer una pequeña introducción…”.
¡Y sopas!:
Ufano, le pidió a López Obrador hacer memoria de que fue coautor de la pendejada de acusar a Enrique Krauze (de quien dice haber exhibido “sus ardides golpistas”) por dizque pretender “descarrilar” la candidatura presidencial de AMLO.
Agotado su servil rollo introductorio, fue a lo suyo:
–Señor Presidente, usted ha exhibido aquí la sevicia de la derecha corporativista. Nosotros en Regeneración Mx, que nos sentimos deudores de periodistas históricos y emblemáticos como Ricardo y Enrique Flores Magón, Leona Vicario y Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, también hemos hecho lo propio (…). Continuamos dando a conocer la corrupción que se anida en el corazón del neoliberalismo, el financiamiento millonario de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, que recibió de parte de Usaid (agencia gubernamental estadounidense); los más de 160 millones de pesos que el PRIAN dio a Gael García Bernal y Diego Luna y hace un par de días la miseria de un sujeto, un sarcástico doctor, un becario del Conacyt (…).
“Mi primera pregunta, sin ir más lejos: ¿por qué personajes como Amparo Casar, Ricardo Raphael, Leonardo Curzio, Sergio Aguayo, así como tantos otros enemigos y calumniadores de este gobierno, reacios a la transformación y varios de ellos aliados estratégicos de Claudio X. Gonzáles, siguen enquistados, por ejemplo, en el Canal 11? Hay -tan sólo por hablar de un caso- un programa que lleva 22 años al aire, Primer Plano. ¿Por qué hay programas en el Canal 22 que llevan 18 años al aire? ¿Por qué el pueblo de México sigue viendo los mismos rostros, escuchando las mismas voces, los mismos análisis sobados y recalcitrantes, y en todo caso tendenciosos, excluyentes, neoliberales y adversos a la transformación en beneficio del pueblo…? ¿No es el momento ideal de renovar y de refrescar los espacios de información y periodismo, Señor Presidente?”. Porque, “ellos sí simulan, Señor Presidente”, y “desde los canales del Estado, Señor Presidente, le llaman a usted (&%#xyz)”.
Lejos de ignorar al pobre diablo lambiscón, el aludido le respondió que “estamos viviendo tiempos estelares en la historia en cuanto a que existe un buen debate político”, pero que a los referidos “ya no se les cree” y peor le fue ¡al cura Hidalgo…!
Como suplicaría Derbez, “que alguien me explique”.