Disculpas mutuas y unidad nacional

Disculpas mutuas y unidad nacional, escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón

Andrés Manuel López Obrador habla todos los días de “adversarios” con los que mantiene una inexplicable, innecesaria y absurda guerra virtual.

Casi nunca da nombres pero, en sus generalizadoras descalificaciones y descargas de insultantes epítetos y burlonas definiciones ideológicas, cabe la totalidad de quienes lo tocan con el pétalo de una discrepancia o lo critican de manera frontal. Son: “cínicos, reaccionarios, conservadores, vende patrias, periodistas chayoteros, intelectuales orgánicos, ladrones, saqueadores, corruptos, fifís”, y un largo etcétera… a los que pide unidad.

Uno de los pocos a que alude con frecuencia es Felipe Calderón, a quien jamás le ha perdonado el “fraude electoral” que nadie ha podido probar. Ayer, al hablar de la pandemia, lo citó así:

“No le hace que el ex presidente Calderón haya puesto que comí con el hermano de Guzmán Loera, y era un médico del Seguro, pero ‘a lo mejor hoy ofrece disculpas’. Pero eso no importa, porque la gente sabe distinguir, ‘lo interesante es que busquemos la unidad en estos momentos, es una tregua, un mes…”’.

Y que su antecesor le toma la palabra:

“Sr. Presidente: aquí acompaño el tweet en el que hice una pregunta abierta. No hice la afirmación que Usted dice. Pregunté y estoy en mi derecho. También publiqué la aclaración de la Sra. Beatriz Gutiérrez. Si eso le parece ofensivo o calumnioso, me disculpo. (no lo es). Sí me parece preocupante que, en medio de una crisis mundial, el Presidente de México ocupe su tiempo y energía en algo que no sea atender esta grave situación.

Todos los mexicanos queremos que nuestro país salga adelante, y eso exige su plena concentración”. Le tomo la palabra, hagamos una tregua. No polaricemos ni desde la Presidencia (conservadores, etc), ni desde la oposición.

“Concentrémonos en atender la emergencia. Pongo a su disposición la experiencia adquirida con H1N1. Enfoquémonos en servir a México en esta hora tan difícil”’, escribió Calderón.

La “guerra virtual” que ocupa al Presidente se da en las “benditas redes sociales”:

“Tengo la información de cómo, sobre todo el ‘Twitter’, hay toda una epidemia, plaga de noticias falsas. Ojalá y se aplique el ‘Twitter’, y esto no es censura, porque están actuando con operativos y robots, ahora sí que como decía mi paisano el finado ‘Chico Che’, ‘quién pompó’, ¿quién paga eso? Una gran diferencia.

No quiero que se malinterprete, pero en esta circunstancia en donde necesitamos que se diga la verdad, que se actúe con ética, hay mucha diferencia entre el ‘Face y el Twitter’, tiene el ‘Face’, no sé si más control; pero en ‘Twitter’, desatados”.

Les da importancia de sobra pero, en pos de la unidad a que convoca, debiera capitalizar el gesto de Calderón, apechugar siquiera una foto de los dos guardando “Susana distancia”, aceptar la explicación, celebrar el “cese de hostilidades” y tener la magnánima grandeza de disculparse, a su vez, por sus ofensas a quien denigró al apodarlo “Comandante Borolas…”.