CNDH golpeadora y ONU 'adversaria'
1. Tanto lloriquea el oficialismo con la patraña de ser blanco de una “guerra sucia” que una de sus más impúdicas y descaradas agencias de propaganda, la degradada Comisión Nacional de los Derechos Humanos que regentea Rosario Piedra Ibarra, le entra de golpeadora para calumniar a la oposición y lamer las suelas del presidente López Obrador y la candidata Claudia Sheinbaum.
Metiéndose en lo que no debiera, acusa de “expresiones y discursos racistas y clasistas” (sólo habló Lorenzo Córdova) a la reciente Marcha por la Democracia que atestó la Plaza de la Constitución y atribuye a la coalición que postuló a Xóchitl Gálvez imaginarios agravios al derecho de elección.
Servil, ensalza a Sheinbaum por haber “hecho referencia a los derechos humanos”, en tanto que a Gálvez le cuelga “aprovechar” lo de los números telefónicos balconeados (inicialmente por AMLO con el de la editora del New York Times) para su campaña, “banalizando” el incidente y “minimizando” los hechos.
Acorde con la línea de Palacio, se lanza contra los medios periodísticos asociándolos a la oposición y atribuyéndoles una campaña “negra” con “desinformación”.
De Xóchitl asegura que “optó por un discurso de contraste” y de “sesgo en el manejo de su información y en el uso de denuestos y ataques personales”.
Vomitivo arrastre.
2. Si se considera que en tres meses (de diciembre a la fecha) 17 aspirantes a cargos de elección han sido asesinados y suman 23 los que solicitan la protección del Gobierno federal, se comprende mejor la advertencia de antier por el titular del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Derechos Humanos, Volker Türk:
“En América Latina y el Caribe la prevalencia y la violencia de las pandillas y el crimen organizado tienen graves impactos en las vidas y los derechos de millones de personas, inclusive en Ecuador, Haití, Honduras y México. En México, varios procesos electorales coincidirán en junio, lo que dará lugar a la elección de más de 20 mil cargos públicos, incluido el presidente, miembros del parlamento federal y una amplia gama de representantes y autoridades estatales y locales. Este inmenso ejercicio de derechos políticos y civiles debe salvaguardarse contra la violencia (…). Sólo las políticas basadas en los derechos humanos pueden ofrecer soluciones efectivas y sostenibles. Es necesario abordar la corrupción, la impunidad, la mala gobernanza y las causas estructurales profundas de la violencia (…), con la plena participación de la sociedad civil y las comunidades afectadas….”.
De no ser que le ofendiera la equiparación con Ecuador, Haití y Honduras, no se entiende la virulenta, paranoide y deplorable reacción de López Obrador:
“El Alto Comisionado es muy, muy tendencioso, está en contra de nosotros y hace comparsa con los que quieren demostrar que México es un país muy violento”.
Pese a que además durante su gobierno van poco menos de 181 mil homicidios dolosos y casi 50 mil desapariciones, la declaración implica que al país lo sabe violento, pero no mucho...
CARLOS MARÍN
cmarin@milenio.com