Gran rescate del reportero Joaquín
Como escribieron Paola Alín y Sara González en El País, “a sus 94 años de edad, Ifigenia Martínez Hernández (…) ha vivido sus propios momentos trascendentales en la economía, la diplomacia, la academia y la política nacional. Desde ser la primera mujer mexicana en obtener una maestría en Economía en la Universidad de Harvard, hasta ser considerada cofundadora de la izquierda con el Partido de la Revolución Democrática”, formando parte “de los cambios más relevantes en México durante las últimas seis décadas…”.
Por eso es una lástima que, a causa de su frágil estado de salud, la iniciadora (con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo) del Frente Democrático Nacional en 1988, quien tanta ascendencia política y moral tiene sobre la primera mandataria, no haya podido leer el texto que llevaba preparado el martes de la asunción, porque le tocaba hacerlo antes de que la Presidenta entrante protestara el cargo y pronunciara su discurso ante el Congreso federal.
Es de lamentarse porque fue gracias a Joaquín López-Dóriga y sus 56 años de tenaz ejercicio reporteril que ayer, en su columna En privado, me enteré de lo que la exsenadora y actual presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados le quiso decir a Sheinbaum como remate de su frustrada intervención:
“Desde esta soberanía le decimos que no está sola: que no descansaremos hasta lograr una democracia plena, que nuestras diferencias no nos dividan, sino que sean fuentes de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos que hoy enfrentamos. Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir juntas y juntos un país más justo y solidario. Es tiempo de altura de miras; es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades”.
Lástima también que tan inteligente llamado no lo escuchara el majadero y pendenciero expresidente.
Por fortuna son apenas los primeros días del nuevo gobierno y Sheinbaum ya debe saber lo que doña Ifigenia piensa que debe hacer.
Posdata sobre el 2 de octubre:
Una patraña sigue esparciéndose desde 1968: que el Ejército llegó a Tlatelolco disparando y masacrando a los manifestantes, pero si así hubiese sido no habría sobrevivido nadie.
Quizás acudió para disolver el mitin y sitiar el edificio en que se encontraban los líderes del Consejo Nacional de Huelga para que el Batallón Olimpia los detuviera, pero la tropa, al subir de las ruinas a la explanada de la Plaza de las Tres Culturas, fue recibida a balazos por francotiradores apostados en la parte superior-sur del edificio Chihuahua.
Dicho de otra manera: el Ejército fue también emboscado (dos soldados muertos y herido su comandante José Hernández Toledo), al parecer por militares del Estado Mayor Presidencial de Gustavo Díaz Ordaz.
Así lo demostró un video revelado y descrito, a 25 años de la matanza, por Susana Cato en la revista Proceso (octubre de 1993), que casi desde entonces es accesible en la Filmoteca de la UNAM...
Carlos Marín
cmarin@milenio.com