La Corte y el timo de los 'privilegios'
Entre las mentiras propaladas por el oficialismo para intentar justificar la guerra del Ejecutivo y el Legislativo contra el Poder Judicial sobresale que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación “ganan más de 700 mil pesos mensuales”.
La patraña fue invención de López Obrador, obsesionado con imponer una injusta y ajena ocurrencia que tuvo su némesis Felipe Calderón: que ningún servidor público ganara más que el presidente en turno.
Marrullero, AMLO se hacía pato con sus multimillonarias percepciones reales directas e indirectas costeadas por el erario para cubrir los gastos de sus presidenciales y familiares necesidades (seguridad de las Fuerzas Armadas, casa -Palacio Nacional-, vestido, sustento, servicios de salud, electricidad, comunicaciones, transporte y un largo etcétera).
De nada sirvió el mandato de la Corte al Congreso para que racionalizara una legislación sobre los salarios en el servicio público mediante parámetros lógicos, en vez de apoyar a ciegas que nadie ganara más de los arbitrarios 108 mil pesos mensuales que se fijó el ex en 2018.
El recordatorio procede ante el “montón de dinero” con que, según la presidenta Claudia Sheinbaum, se retirarán los ocho ministros que por simple dignidad renuncian tanto al cargo como a competir en 2025 por el “voto popular” para elegir a los futuros juzgadores y juzgadoras que prevé la destructiva reforma constitucional al Poder Judicial.
Con mala leche, se les achaca que quieren “conservar sus privilegios”, como le llaman a sus legítimos haberes de retiro que reconocen la Constitución reformada y las leyes como indiscutible derecho laboral.
Al respecto, el autor del proyecto de sentencia sobre la reforma que la Corte discutirá y votará el próximo martes, Juan Luis González Alcántara Carrancá, con Ciro Gómez Leyva puso ayer estos indignantes puntos sobre las íes:
“El ministro Arturo Zaldívar se fue con la pensión más elevada que se ha dado en los últimos años. Si la Presidenta considera que las cantidades que se nos aportarían sería lo que estamos defendiendo, está equivocada. Hay una campaña en los últimos cinco, seis años que nos achacaba ciertas prestaciones”, pero nada, dijo, equivalente a lo que reciben otros funcionarios del gobierno.
Y con la misma tersura que le caracteriza dio salida a lo que casi nadie se atreve a decir:
“Nada comparado con lo que nos cuesta mantener Palacio Nacional para que viva una sola persona…”.
Tan directa es la alusión que no requiere explicaciones.
Por desgracia, sin embargo, el ministro le agrega pólvora a la bomba de la crisis constitucional que viene calentándose y estallará el martes o miércoles porque todo indica que Sheinbaum desacatará lo que sea que resuelva la Suprema Corte.
Colofón con tapón de bocas: la renunciante y pre-cesada también ministra Margarita Ríos Farjat se aferra tanto a sus falsos “privilegios” que donará su haber de retiro a causas mucho más nobles que las cacareadas por la 4t…
Carlos Marín
cmarin@milenio.com