Necean cambiar lo que funciona bien
Adán Augusto López dijo la semana pasada que Morena se propone reformar la ley electoral y de pilón la eléctrica pero su jefe, Andrés Manuel López Obrador, dijo que a la segunda ya no le mueva.
Lo que sigue perfilándose es que el partido en el poder, con la complicidad del Revolucionario Institucional, necee con destruir la institución civil de mayor confianza: el Instituto Nacional Electoral.
Aunque Alejandro Moreno, que detenta el PRI, jura y perjura que no ha tenido acuerdo alguno para esa insensatez, su palabra es menos confiable que un billete de tres pesos después de que sacrificó la honra de una diputada, correligionaria suya, que presentó como propia una lacayuna iniciativa para que el Ejército permanezca hasta 2028 en el combate a la violencia.
La servil idea le cayó como anillo al dedo al presidente López Obrador, y la falsaria fue recompensada con la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Durango, en tanto que su líder se ha beneficiado con el congelamiento del juicio de procedencia o desafuero que sigue pendiente por la acusación de enriquecimiento ilícito que le levantó la Fiscalía General de Campeche.
Por vale más un comino que la palabra de Alejandro Moreno, y nadie se llame sorprendido si su diputación resuelve acompañar a Morena y sus corifeos del Verde y el PT en la demolición del INE.
Aunque probablemente no les importe a López Obrador ni a su feligresía, conviene leer y releer el “Informe País 2020: el Curso de la Democracia en México” que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía dio a conocer ya y que retrata a la
institución que garante de elecciones libres de gobernantes y legisladores, así como determinante para el funcionamiento del Poder Judicial, a fin de comprender lo miserable del atropello que se quiere cometer contra el Instituto.
El INE, procede recordar, ha hecho posible lo que cada quién entienda como gobernanza o gobernabilidad. Es el ente clave de la democracia que la 4T pretende destruir y del que el Inegi aporta datos tan medulares como estos:
- Los especialistas a cargo del Informe identifican como déficits u obstáculos para cerrar la brecha entre el ideal y la experiencia concreta de la vida democrática: a) las actitudes discriminatorias, b) la exclusión, c) la intolerancia, d) las prácticas
clientelares de corrupción y coacción del voto.
- La baja calidad de la representación política es quizá la mayor debilidad de la democracia mexicana.
- El electorado no se siente representado por los partidos políticos, los congresos y las y los legisladores.
- Solo uno de cada cuatro mexicanos se cree representado por el presidente de la República y apenas de tres a cinco de cada 100 por sus diputaciones locales y federales.
Con la reafirmada confianza en el INE y datos incontrovertibles como los del Inegi, hay sin embargo quienes piensan la estupidez de que lo único importante, con pretextos baladíes, es dinamitar esa gran institución…