Procuración de justicia envilecida
La detención de Jesús Murillo Karam refleja el grado de envilecimiento a que ha llegado la procuración de justicia en México: en vez de perseguir a los asesinos de Los 43, la “independiente” Fiscalía General de la República los apapacha y ejecuta una de las consignas más ruines de la 4T: combatir a exservidores públicos bajo la mentira de que “inventaron” la versión ministerial que nadie ha podido desmentir.
Entre los 33 enlistados por Alejandro Encinas figura el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, en el gobierno de Claudia Sheinbaum,
Fungía como comisionado de la Policía Federal en Guerrero cuando mataron a los jóvenes.
¿Acusarán penalmente a quien encabeza la policía más eficiente del país en la sangrienta era de los “abrazos, no balazos”?
Peor: anticipan que serán ejecutadas 83 órdenes de aprehensión, 20 de éstas contra “mandos y tropas” del Ejército.
¿Así pretenden legitimar la farsa del “crimen de Estado”?
En su lacayuna obsesión por cumplir el prejuiciado “compromiso” de López Obrador con los deudos y vividores del dolor ajeno que los acompañan, asesoran y manipulan, la incondicional Segob, el venenoso GIEI, la eufemística Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, la sometida FGR y la degradada CNDH, en una evidente acción concertada, prepararon esta hoguera político-carcelaria en cuanto empezó el sexenio para quemar las investigaciones y a los servidores públicos que dieron sustento a la repugnante pero imbatible “verdad histórica”.
En cuanto Murillo fue capturado, protofascistas a quienes les saca roña la libertad de pensamiento y expresión revivieron, en el vecindario cibernético, lo que afirmé Con los de enfrente (junio de 2018 en Milenio televisión): que los padres de esos muchachos debieran “ofrecer disculpas” a Murillo por haberlo calumniado y descalificado. No fue una ocurrencia, repetí nada más lo que había ya publicado aquí: que tienen una deuda ética con el exprocurador. Y volví a decirlo (a pregunta expresa) el pasado 29 de marzo en Canal 11, en el diálogo que sostuve (por su amable invitación) con John Ackerman.
Por lo que averiguo como reportero sin desmentidos desde hace 53 años y lo que conozco y entiendo de la investigación de la PGR y de la recomendación de la CNDH (cuando la dirigía Luis Raúl González Pérez), reafirmo lo que, ante un reproche infundado, respondió alguna vez Vicente Leñero: sigo pensando lo mismo.
Más aún: sostengo y he sugerido en este espacio que los padres también deben agradecer a Tomás Zerón de Lucio (sí, el satanizado, perseguido y prófugo exdirector de la Agencia de Investigación Criminal) la recuperación de miles de restos en el río San Juan que encabezó, porque, merced a ella se corroboraron, desde hace siete años, las identidades de dos de las víctimas (Alexander Mora Venancio y Jhosivani Guerrero de la Cruz).
Nada en absoluto desmiente que el eje de la matanza fue de policías municipales a narcoasesinos y al basurero de Cocula…