No prosperará la sugerencia a Biden
Lo variado de los problemas internacionales impone su tratamiento de manera específica, a fin de propiciar acuerdos de aplicación viable, sobre todo ante la complejidad de las migraciones humanas, el tráfico de drogas, personas y armas; el terrorismo, la contaminación ambiental, el calentamiento planetario, la pandemia de Covid-19 o la insuficiencia de vacunas. Mezclar unos con otros confunde y no conduce a nada.
Difícil de solucionarse, el de la migración centroamericana (y en menor proporción antillana, asiática y africana) desde Chiapas hacia Estados Unidos requiere de gran atención, pero no será hoy ni mañana, con el cruce de palabras entre Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, cuando se perfile arreglo alguno.
Para el mexicano la solución es tan fácil como cuando dijo que extraer petróleo es como rascar el suelo para sacar agua. El domingo dijo que aprovecharía la Cumbre virtual de 40 Líderes por el
Clima, convocada para estos jueves y viernes por el estadunidense, para proponerle una sencilla fórmula migratoria: que se amplíe a Centroamérica su programa sembrando vida…a cambio de visas de trabajo y hasta de la ciudadanía estadunidense.
Lo explicó así en un video subido a las redes: “A los tres años, ya que tengas tu cultivo, ya tienes derecho, en automático, a una visa de trabajo por seis meses para Estados Unidos. Vas seis
meses y regresas a tu pueblo, y luego de tres años, después de tener tu visa de trabajo, con buen comportamiento, ya tienes derecho a solicitar tu nacionalidad estadounidense…”.
Aunque la forestación incide en el clima, eso no prosperará en esta ni en cualquier otra oportunidad, entre otras razones porque Estados Unidos tiene una política rigurosa para el otorgamiento de visas y la nacionalidad.
López Obrador quiere canalizar los cuatro mil millones de dólares que Biden prometió para ayudar a Centroamérica, mismos que no tienen aún la aprobación de su Congreso.
Adicionalmente, la siembra de árboles en el sur-sureste ha generado críticas de ambientalistas a causa de la deforestación de selvas húmedas, por ejemplo con la plantación masiva de especies arbóreas ajenas a Calakmul, Campeche, una de las reservas de la biosfera más importantes del mundo.
El razonamiento de AMLO tiene cierta lógica: que los campesinos pobres obtengan más dinero con la explotación de árboles frutales o maderables que con siembras de temporal, y de esta manera se arraiguen a su terruño y disminuya o cese la emigración.
Pero las visas de trabajo agrícola en EU dejaron de otorgarse desde mediados del siglo pasado (Programa Bracero), y para obtener la nacionalidad hay que satisfacer exigencias ineludibles tales
como conversar, escribir y leer en inglés; aprobar exámenes orales y escritos de educación cívica, historia y gobierno de Estados Unidos.
No basta ni bastará con que quienes huyen del hambre o la violencia se porten bien o dominen la siembra de árboles…