No quiere Salud vacunar a más

No quiere Salud vacunar a más, escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón

Cuando la Organización Panamericana de la Salud advierte que en noviembre y diciembre es alta probabilidad de que ataque una nueva ola de Covid en México y mientras en Estados Unidos avanza la vacunación de 28 millones de niñas y niños entre cinco y once años, la Secretaría de Salud de la 4T comete la canallada de impugnar la orden judicial de inmunizar a los menores con edades entre 11 y 17 años.

A nombre del presidente López Obrador, del secretario Alcocer y el subsecretario López-Gatell, la dependencia patalea contra la suspensión definitiva del 7 de octubre que concedió el Juzgado Séptimo de Distrito del Segundo Circuito en el Estado de México a los padres de una quinceañera que solicitaron el amparo de la justicia federal.

El insensato proceder ya repercute afuera: El País, por ejemplo, consigna este argumento en el fallo:

“Los esfuerzos de las autoridades del Estado para combatir eficazmente la pandemia (…) deben estar encaminados a garantizar el derecho humano a la salud de la colectividad, en el caso específico, a todos los adolescentes de entre 12 y 17 años”.

Con sobrada razón, Karina Suárez interpreta en su nota que “el gobierno de López Obrador busca esquivar a toda costa” la decisión, y recuerda que tanto el Presidente como el Subsecretario “habían adelantado que impugnarían la orden del juzgado por considerar que fue una orden excesiva”.

El recurso de Salud fue turnado a un tribunal colegiado en Materia Administrativa del Segundo Circuito, “instancias que no tienen un plazo máximo para emitir una resolución”.

Ayuna de expertos en materia judicial (AMLO prefiere “90% de honradez y 10% de experiencia”), Salud pasa por alto su obligación de acatar la disposición judicial independientemente de que recurra a la revisión, así como tomar muy en cuenta que se le otorgó un plazo de 48 horas para incluir la orden en el Plan Nacional de Vacunación, a menos, claro, que pretenda quedar impune de su incumplimiento de una medida cautelar.

En la orden a favor de la menor (inoculada ya con la primera dosis), se asienta que “las autoridades sanitarias estuvieron en capacidad de vacunar a los niños de 12 a 17 años desde julio de este año y hasta marzo de 2022”.

Pese a la miserable pifia del impresentable López-Gatell, en el sentido de que las vacunas no debían “desviarse” hacia menores ni siquiera con afectación de padecimientos crónicos, hace dos meses comenzaron a ser vacunados mayores de 12 y menores de 18 años con enfermedades tales como diabetes, hipertensión y males congénitos, y el Gobierno se comprometió a hacerlo con aproximadamente un millón de los más vulnerables jóvenes.

La ominosa razón que subyace en la desconsiderada pero sobre todo criminal resistencia a vacunar a todos los menores de 18 años al tiempo que al menos el mundo occidental se vacunará contra la Covid a la población de cinco años o más no parece ser otra que la mezquindad y tacañería de la “austeridad republicana” para no gastar en la compra de vacunas.