Parecía graznaba, volaba, ¡era pato!
Lo que aquí se aventuró como probable y circunstancial olvido de la existencia del organismo que le da sentido al Artículo Primero constitucional, se reveló ya como injusto desprecio por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, al que el presidente López Obrador ya condenó a morir junto con fideicomisos (hasta los de apoyo a ciencia y tecnología) y otras instituciones, gubernamentales y autónomas (volvió contra el INE), que fueron creadas ex profeso para impedir la concentración de las decisiones, el dinero y el poder en el Ejecutivo.
Quiere que sus funciones sean absorbidas por las secretarías y demás dependencias a su mando.
“Ojalá y podamos achicar, reducir todos estos aparatos. Suprimirlos”, dijo.
“Se pensó que, o no tenía yo información suficiente, o estaba simulando cuando dije que no sabía lo que hacía un organismo supuestamente para combatir la discriminación. Pero le pregunto a todos los mexicanos: ¿Sabían que existía ese organismo? que, por cierto, ¿cómo se llama?”.
Conapred, se le recordó, y entonces preguntó:
“¿Sabían los mexicanos del Conapred? Ya me enteré: lo crearon durante el gobierno del presidente Fox, pero la gente ni siquiera sabe que existe. Todos estos organismos consumen presupuesto, todos tienen recursos. No ha recibido la gente ningún beneficio de estos organismos, se crearon muchos para simular que se combatía la discriminación, el racismo, la corrupción. ¿Y para qué las secretarías?, ¿y para qué la Fiscalía? Si hay una violación a un derecho humano fundamental, hay instancias, pero se multiplicaron. Surgieron como hongos después de la lluvia, porque era la manera también de cooptar…”.
Por eso pretende “no crear un organismo para cada demanda de justicia. Un instituto para adultos mayores, un instituto para personas con discapacidad, un instituto para la radio y la televisión, un instituto para la regulación energética, otro para la regulación del gas, para la transparencia; otro instituto como éste (Conapred)”.
De lo que se trata es “que podamos concentrar los fondos de los fideicomisos en la Secretaría de Hacienda, porque todos manejan presupuesto. Se crearon muchísimos fideicomisos, así como se crearon muchas instituciones, organismos independientes (…). Consideramos que fue un exceso crear tantos organismos autónomos, independientes, para todo…”.
Es inconcebible que, entre tantos achichincles que tiene (también cobran) ninguno de los pocos medianamente ilustrados le haga ver las ventajas democráticas y de gobernabilidad que tiene la institucionalización de la vida pública y lo saludable de evitar la centralización del poder.
Le preguntaron si tendría que desaparecer el Conapred y respondió:
“Sí. Y que la Secretaría de Gobernación, que tiene que ver con los derechos humanos, se haga cargo”.
De las comisiones Reguladora de Energía y Federal de Competencia, se preguntó:
“¿Para qué Pemex? ¿Y para qué la Comisión Federal de Electricidad y para qué la Secretaría de Energía?”.
¡Pues para amarrarles las manotas…!