Vaya tiempos los de don Porfirio
En el homenaje del viernes a Porfirio Muñoz Ledo por 70 años de actividad política (a los 19 presidía en la UNAM la sociedad de alumnos de Derecho), el promotor –con Ifigenia Martínez y Cuauhtémoc Cárdenas– del movimiento que gestó la alternancia y la democracia del México actual, dijo:
“Fuimos los depositarios de un proyecto nacional fundado en la ciencia y la cultura. Al pueblo hay que educarlo, jamás domesticarlo. Discurrieron por vías distintas y hasta paralelas el modelo neoliberal y el avance de las instituciones democráticas. Todas las instituciones autónomas de Estado surgieron durante este doble proceso contemporáneo. Ignorarlas transparenta sólo la predilección malsana por el río revuelto. Los acontecimientos ocurridos a partir de 2018 han merecido diatribas y elogios, condenas automáticas, sometimientos serviles y en ocasiones prácticas corruptas. Enfrentamos una polarización deliberada que conduce a la parálisis. El oscurantismo es una regresión inaceptable y un modo perverso de gobernar. Formulo un llamado a la sensatez y al diálogo, más allá de obcecaciones, rencores o amenazas…”.
Acorde con su visión y la coyuntura el doctor Diego Valadés expresó:
“Advierto los signos de un destino borrascoso. La amenaza de enjuiciar y encarcelar a 223 diputados por ejercer sus derechos constitucionales no tiene precedente en los 105 años de vigencia de la Constitución; se perfila la instauración de las purgas políticas. Erosionar la vida institucional, cancelar las interlocuciones constructivas, multiplicar los rencores y propagar el odio en el ambiente, son decisiones muy dañosas. Al cabo de casi dos siglos de hegemonismo presidencial, hemos llegado al clímax pues ahora dispone de un amplio apoyo popular. Es una paradoja aparente porque la democracia siempre ha sido vulnerable a la demagogia”.
Deslumbrante como es Muñoz Ledo (lo considero el Octavio Paz de la política), a Valadés lo motivó para decir que “ha preferido pagar los costos políticos de la dignidad y no los costos morales de la abyección”.
Santiago Creel recordó 1997, cuando el entonces debutante diputado de oposición hurgaba en sus libros para recuperar una frase clave en su respuesta al tercer informe de Ernesto Zedillo:
-Creo que está en el Fuero Juzgo. No, no, está en los Fueros de Aragón -le comentó Porfirio.
“Una frase que enganchaba con la historia constitucional nuestra que se remonta hasta a la Edad Media, que proviene de la más antigua tradición jurídica hispánica, que surge de un ceremonial de coronación, que sometía a los reyes de Aragón al acceder al trono y jurar la ley suprema del reino en su acceso al trono. Nuestro representante en Cádiz y diputado constituyente en 1824, Guridi y Alcocer, como constituyente en Cádiz y como constituyente en 24, utilizó esa frase para argumentar el sentido de nuestra soberanía.
Era esta:
Nos, que somos tanto como vos y todos juntos más que vos, os hacemos Rey de Aragón, si juráis los fueros, y si no, no…