Necesitamos un segundo cerebro
Vivimos tiempos de sobreinformación. Todos los días, a toda hora, recibimos cantidades enormes de datos que hacen difícil su correcta captación, análisis, almacenamiento y uso por parte de nuestro cerebro humano. Nos resulta muy complejo después recordar qué necesitamos de lo recibido.
Para tener una idea de lo que hablamos, en “un día se envían 500 millones de tweets, 294 mil millones de correos electrónicos, se crean cuatro petabytes de data en Facebook, se crean cuatro terabytes de data de cada automóvil conectado, 65 mil millones de mensajes son enviados en Whatsapp, se hacen cinco billones de búsquedas. Para el 2025, se estima que se crearán 463 exabytes de información cada día en todo el mundo, ¡eso es el equivalente a 212'765,957 DVD por día!”(https://bit.ly/3AG6SLJ).
Ante esta realidad, debemos de buscar nuevas maneras de hacer un uso efectivo de la información para empaquetarla y hacerla accesible para nuestro yo futuro. De ahí que nace la idea de desarrollar o crear un segundo cerebro para resguardar el conocimiento que nos interesa.
Una alternativa es el método zettelkasten, que de acuerdo con Wikipedia “consiste en muchas notas o apuntes individuales con ideas y otras piezas de información breve que se toman a medida de que se identifican o se adquieren. Las notas son enumerados de manera jerárquica, para que de esta manera nuevas notas puedan ser insertadas en el lugar apropiado, y contener metadatos que permitan al estudiante asociar las notas unas con otras”.
“La creación y uso del método zettelkasten (que quiere decir notas en cajas) se puede realizar más fácilmente tomando notas digitalmente y usando software para gestión de conocimiento”.
“El método no permite únicamente al investigador almacenar y recuperar información relacionada con su trabajo, sino también pretende aumentar la creatividad. Las notas con referencias cruzadas, a través de etiquetas, permiten al investigador percibir conexiones y relaciones entre piezas individuales de información que no se pueden deducir cuando se encuentran en aislamiento. Estos aspectos emergentes del método hacen al zettlekasten algo similar a una red neuronal”.
Este método es una manera sencilla de “crear” un segundo cerebro artificial.
Hay ejemplo de lo efectivo de este método. “Niklas Luhmann, sociólogo alemán, fue muy conocido por su amplio uso de este método. Creó un zettelkasten de unas 90 mil notas que le permitió desarrollar una escritura extraordinariamente prolífica, incluyendo más de 70 libros y 400 artículos académicos (https://bit.ly/3dP4QQp)”.
¿Cómo lo logró? “Recolocando las ideas en un ‘segundo cerebro’, dejamos al nuestro, al biológico, imaginar, crear e incluso descansar. En el segundo cerebro podemos añadir lo que queramos (páginas web, anotaciones o documentos), dedicándole a nuestra mente un cuidado especial para mantenerla sin sobrecargas y dejarla, de este modo, para aquello verdaderamente importante en vez de invadirla de estímulos externos que le dificultan funcionar de forma correcta”.
“Tu segundo cerebro será una extensión del primero, que no solo te protegerá de todos los olvidos, sino que también impulsará tu creatividad al centrarte en objetivos más creativos”.
Está claro que nuestro cuerpo y órganos tienen limitaciones. Una de ellas tiene que ver con la capacidad del cerebro de guardar información, lo cual se hace más evidente en un momento de sobreinformación.
Esto no es un tema trivial, pues estamos de lleno en una economía y una realidad donde el conocimiento domina. De ahí que no es descabellado pensar en irnos creando un segundo cerebro. Podemos empezar con notas y guardarlas, pero estoy seguro que pronto habrán muchas opciones de plataformas automatizadas e inteligentes para apoyarnos. Así que bienvenidos a una nueva etapa de la vida humana donde tendremos que encontrar soluciones a nuestras limitaciones humanas.