Biden y López Obrador
El desenfrenado culto por la juventud se desgasta con el tiempo.
Florestán
Cuando en 1999 Bill Clinton decidió que su vicepresidente, Al Gore, fuera candidato a la Presidencia de Estados Unidos por el partido demócrata, ya había perdido el toque político.
Clinton veía en él la prolongación de su proyecto político, pero Gore nunca lo entendió así y rompió con sus propuestas y políticas.
El martes 7 de noviembre de 2000, Gore iba arriba, ya había ganado Florida, que gobernaba Jeff Bush, hermano de George, cuando CNN interrumpió su transmisión, para corregir: Florida no era demócrata, recontarían los votos que tras más de un mes de proceso y un recurso ante la Corte Suprema reconocería la victoria del republicano.
Todo esto fue en el invierno de 2000, cuando la mayor democracia del mundo se quedó sin candidato ganador más de 40 días hasta que la Corte Suprema, no los votos, le dieran el triunfo a Bush 6-5, con base en 271 votos electorales contra 266 de Gore.
Hoy, 20 años después, el mundo se fue a dormir el martes sin saber quién era el nuevo Presidente de Estados Unidos, lo que anoche no se resolvía a pesar de la ventaja de Biden, a sólo 17 votos de la Casa Blanca.
Trump, desde la víspera, denunciaba, anticipando su derrota, el fraude electoral, como en México en 1988, 2000, 2006 y 2012.
Anoche, le contaba, Trump estaba a 17 votos de la derrota, lo que sería la caída del principal régimen populista del mundo al que seguirán, en su momento, los de la Gran Bretaña y Brasil.
El caso México es aparte.
La inteligencia política de Andrés Manuel López Obrador se pondrá a prueba en las elecciones intermedias del año que viene, independientemente del nuevo escenario que se le presenta con la victoria de Biden ante el que mantendrá su misma política de no agresión, sin saber aún cuál seguirá él, entendiendo que ninguno de los dos quiere un conflicto mayor con su principal vecino, socio y aliado.
Y, ojo, Trump seguirá siendo Presidente de Estados Unidos hasta el próximo 20 de enero, lo que es un riesgo.
RETALES
1.- POLÍTICAS: De no ser por la crisis del coronavirus, que ha llevado a Estados Unidos al mayor número de contagios y muertes en el mundo, el resultado podría haber sido otro.
Trump manejó bien la crisis económica, no la sanitaria.
Aquí ha sido al revés;
2.- CONTAGIOS: Nadie sabe ya los diputados y senadores contagiados de Covid, aunque se conoce un muerto del Senado y otro de la Cámara de Diputados.
El problema fue ignorar el riesgo y las sesiones en cada Cámara.
Y todavía no hemos visto nada, y
3.- DEMANDA: El gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, presentará una demanda contra la CFE de Manuel Bartlett, por el desfogue de la presa Peñitas que ha provocado las más graves inundaciones en Villahermosa en los últimos 40 años.
Conagua no queda exenta.
A quien extrañan sus paisanos es al presidente López Obrador.
Nos vemos mañana, pero en privado.