La maldita vecindad de Corregidora
Al que va adelante siempre le ponen un blanco en la espalda.
Florestán.
Desde que el presidente López Obrador no pudo extender la gestión de Arturo Zaldívar como presidente de la Corte a seis años, lo que era una clara violación a la Constitución, que marca cuatro, y no logró colocar a Yasmín Esquivel para sucederlo, amplió su ofensiva dejando a salvo al propio Zaldívar, a Loretta Ortiz y a la misma Esquivel y la enderezó contra la nueva titular, Norma Lucía Piña Hernández y todos los demás ministros, incluidos dos de los que propuso, Juan Luis González-Alcántara y Margarita Ríos-Farjat, a los que acusó de traidores.
Los ha llamado irresponsables, corruptos, al servicio de la delincuencia organizada y de cuello blanco y adoradores del dinero; rompió con ellos ordenando a sus funcionarios que no les contesten ni el teléfono y todo porque con Piña Hernández en la presidencia de la Corte ya no es lo mismo que con Zaldívar.
Ella sacó de la congeladora casos esenciales para López Obrador como la adscripción de la Guardia Nacional al Ejército, que fue revocada y ahora se ventila el Plan B de su reforma electoral que el ministro ponente, Alberto Pérez Dayán, se va por la suspensión.
Esto llevó a una dura crítica de la Consejería Jurídica de la Presidencia culpando a la Corte de filtrar clandestinamente dicho proyecto que los ministros no conocían, de conducta delictiva y exigiendo una investigación.
Y esto un error de esa Consejería, pues el proyecto de Pérez Dayán fue subido desde el jueves pasado al portal de la Corte y ese mismo día repartido entre los ministros. No hay, pues, ninguna filtración ilegal.
Ayer, esa misma Consejería pidió a la presidenta de la Corte atrasar la deliberación del Plan B por el bien de la República, sano equilibrio entre los Poderes de la Unión, por prelación y seguridad jurídica. Está anotada para el jueves 11 y López Obrador necesita cuatro votos que en el tema de la Guardia Nacional no tuvo.
El caso lo verá hoy el pleno que por mayoría de seis votos decidirá si aplaza o resuelve ya.
RETALES
1.- AUSENCIA. No cabe duda que López Obrador lleva el caso de su sucesión. Así, el viernes pasado, le contaba, a sus precandidatos y senadores les marcó sus tiempos, tres meses y les reiteró la forma, encuesta. Y todo en ausencia de Mario Delgado;
2.- MANO. Delgado salió ayer a repetir que se olviden de ese tema, que no son los tiempos, que primero las elecciones de junio y luego la sucesión presidencial y que hagan campaña de a pie; y
3.- RESPUESTA. Marcelo Ebrard, el que mayores pasos organizativos ha dado hacia su candidatura, volvió a reprochar a Delgado que no le haya respondido a la petición que le hizo desde diciembre para que detalle cómo será el proceso interno para elegir al candidato, que no se va del partido y que Marta Delgado será, es, la coordinadora de su campaña.
Nos vemos mañana, pero en privado.