Autocuidado en tiempos de Covid-19
Por Estefanía Sánchez Navarro Ramírez
Asistente de Investigación en El Colegio de Sonora
En esta etapa de incertidumbre que nos tocó vivir, hay condiciones indispensables que merecemos tener (además de las necesidades básicas satisfechas), como la compasión, la amabilidad y el amor, primero con nosotras y nosotros mismos, y luego con las demás personas. Esto incluye la tarea titánica de fortalecer la empatía y desechar los prejuicios que en la vida cotidiana nos separan, y que en situaciones de emergencia se vuelven más peligrosos. Entender que mis decisiones y las decisiones de las y los demás están atravesadas por brechas de clase, raza, sexo, género, edad, condiciones de salud física y mental, entre otras, puede librarnos de actitudes de rechazo y discriminación, y brindarnos a cambio, formas más solidarias para construir comunidad humanitaria, aun en aislamiento, es decir, lo que realmente significa la sana distancia.
Antes de criticar al vecino que sigue saliendo, de agredir a la médica que cada día va a trabajar, de ignorar las indicaciones institucionales porque seguro es una cortina de humo del gobierno o porque de algo nos tenemos que morir, de competir por quién es más productivo, o de prohibirte el descanso o el malestar emocional porque hay que seguir adelante, te invito a que te detengas. Haz una pausa y respira, mírate al espejo y sonríe. El mundo cambió, la humanidad cambió, nuestro entorno cambió y nuestra vida cambió. Es un hecho irrefutable, está sucediendo y nada puede detenerlo. Claro que es válido llorar de angustia, sentir vértigo, tener oleadas de pensamientos catastróficos, desbordar frustración y enojo por el encierro, o querer evadir la realidad y seguir como si nada. Todos esos son mecanismos de defensa que nuestro cerebro activa para sobrevivir y seguir funcionando mientras nos adaptamos a las nuevas condiciones de vida. Recuerda que no eres la única persona que lo está experimentando, así que date a ti misma y a los demás compasión, amabilidad y amor.
Si no sabes cómo hacerlo, aquí te dejo algunas recomendaciones que han difundido organismos expertos en salud mental, como la OMS y la Facultad de Psicología de la UNAM:
Quédate en casa y sal sólo si es indispensable. Si sigues trabajando, extrema precauciones y mantén sana distancia.
Lávate las manos y evita tocarte la cara. Limpia tu entorno.
Usa gel antibacterial, tapabocas y guantes. Separa la ropa y los zapatos para salir y cámbiate en cuanto llegues a casa.
Trata de mantener rutinas que incluyan horas de trabajo, estudio, limpieza e higiene, alimentación, actividad física, entretenimiento y descanso.
Haz ejercicios de respiración profunda. Busca tutoriales de dinámicas como el recuerdo agradable, el abrazo de la mariposa y el lugar seguro.
Trata de tener un pasatiempo divertido (decora tu cuarto, pinta un cuadro, planta un huerto, escribe un diario, ten una conversación larga, baila).
Evita el exceso de información y las noticias mortificantes o falsas. Revisa una fuente oficial una vez al día.
Pide ayuda. Las instituciones de salud mental están brindando servicios de emergencia. Las terapias psicológicas y los medicamentos psiquiátricos también son herramientas de autocuidado.
Pon atención especial a las infancias, las personas adultas mayores, las personas que tienen que trabajar fuera y al personal de salud. Son poblaciones que necesitan nuestro apoyo y cuidado.
Si hoy no pudiste hacer lo anterior, no te culpes ni te regañes. Recuerda que la compasión, la amabilidad y el amor, primero deben ser para ti.
Estas recomendaciones no son para competir o para cumplir expectativas de producción, sino para dar estructura a tu día y así reducir el estrés, el miedo y la angustia. Seguirlas y compartirlas puede ayudarnos a llevar mejor el aislamiento. Recuerda que hay cosas que no podemos controlar, pero hay otras que sí, y es ahí donde vale la pena concentrar nuestras energías, con compasión, amabilidad y amor para ti y para todas y todos.