Breve reflexión sobre el Estado
No existe un acuerdo social más grande que el Estado. En teoría, la razón de su existencia es para cimentar las ideas que le dan sentido, identidad y dirección a una nación. Consecuentemente, el Estado abarca las costumbres, las leyes, las instituciones, el territorio y a los propios habitantes del país que representa. Todas sus tareas son de suma importancia, puesto que la efectiva realización de las mismas tiene efectos tangibles en el nivel de vida de sus representados. Pese a que todavía no existe consenso en la literatura sobre cuál es su tarea más importante, tendríamos que decir que en este apartado destacan conceptos como seguridad, justicia, economía, educación e incluso, algunos más, agregan la persecución de conceptos como bienestar y felicidad.
Se dice que los Estados se tienen que analizar con la lupa de la temporalidad y el contexto en el que se encuentran. En otras palabras, los Estados (o la efectividad de estos) se estudian a partir de los problemas que enfrentan sus sociedades. Por ejemplo, el Estado mexicano durante buena parte del siglo XIX enfrentó, principalmente, problemas que tenían que ver con la consolidación de la soberanía nacional, todo esto para evitar nuevas invasiones extranjeras, así también como para suprimir los deseos separatistas de ciertas entidades federativas.
Durante el periodo revolucionario el Estado encontró problemas de otro tipo, por ejemplo, el establecimiento de un orden político que permitiera que las sucesiones de poder se vivieran a través de mecanismos no violentos. Otro problema de esta época fue la pacificación del país, para que los conflictos armados en las regiones fuesen la excepción y no la regla, como comúnmente sucedía.
Sobre los problemas que enfrentaba la sociedad en tiempos del partido hegemónico, habría que decir que dada la fusión casi perfecta entre partido y Estado, los problemas tenían su origen, incuestionablemente, en el propio Estado. El partido en el poder logró suprimir la totalidad o gran parte de las libertades políticas de los habitantes, además de crear el sistema político que nos terminó por heredar muchos de los problemas que enfrentamos el día de hoy. A cambio de lo anterior, el partido en el poder también alcanzó medianamente algunos logros en rubros como economía, educación, salud y seguridad.
Siguiendo la lógica de analizar el Estado a partir de su línea temporal y contextual, resultará evidente que los problemas más importantes que enfrenta el Estado mexicano en las últimas décadas son: el crimen organizado, la corrupción, la impunidad, la pobreza, la baja calidad de la educación y la pandemia (aunque esta última es de más reciente aparición).
El crecimiento acelerado del crimen organizado y por consecuencia, de los índices de inseguridad en el país es, a toda luz, una clara muestra de que el Estado no solo no ha tenido una respuesta efectiva para resolver el problema, sino que es, por asociación o por omisión, cada más incapaz y negligente en la tarea de brindarnos seguridad.
Por otra parte, los numerosos escándalos de corrupción de la clase política, así como los altos niveles de impunidad que estos encuentran, han terminado por minar aún más el poco prestigio de las instituciones políticas y judiciales que integran al Estado.
En cuanto al problema de la economía, hay que decir que el problema, de manera general, residía en el bajo crecimiento económico que mantenía el país desde la década de los 80`s. Sin embargo, como consecuencia de algunas decisiones del nuevo Ejecutivo Federal, sumadas a los efectos de la pandemia, la economía se ha estancado y sufrido caídas considerables en los rubros de crecimiento, inversión y empleo. Lo que se traduce en un mayor número de personas viviendo en condiciones de pobreza y pobreza extrema.
Sobre el problema de la calidad educativa, tendríamos que decir que sus consecuencias, aunque terribles, no resultan ser tan asfixiantes en el corto plazo como las que se presentan con los problemas mencionados más arriba.
En fin, los problemas son graves y de difícil solución. Lo cierto es que aunque ya desfilaron 3 partidos políticos distintos en la nueva época del Estado mexicano, los problemas trascendentales, desafortunadamente, siguen ahí. Pese a que la lógica indica que el Estado debe mostrar fortaleza e intervenir para resolver los problemas de la sociedad y de paso justificar su existencia, pareciera que en el caso mexicano la función del Estado es atípica y de relación inversamente proporcional con el fenómeno que pretende atender: de este modo, mientras los problemas son cada vez más críticos, el Estado es cada vez más ausente e inoperante.
José Pedro Chong Cruz
Egresado del programa de Maestría en Ciencias Sociales de El Colegio de Sonora.