Los Incendios Urbanos y Periurbanos en Hermosillo, un llamado para controlar el zacate Buffel
Por Luis Alan Navarro Navarro
Desde hace más de cinco años he estado observando y estudiando la vegetación urbana en Hermosillo. Me he percatado de lo ampliamente distribuido que se encuentra el zacate o pasto Buffel. Se puede observar en banquetas, camellones, jardines de casas, etc.; por supuesto esta densamente establecido en la mayoría de los lotes baldíos de la ciudad.
El pasto Buffel fue introducido a mediados del siglo pasado con fines de mejoramiento del agostadero por su productividad de forraje para el ganado. Me ha tocado ver, por ejemplo, por el bulevar Paseo del Seri, grandes lotes de terreno que fueron praderas establecidas de zacate Buffel; curiosamente también el año pasado ví que unas personas cosechaban semilla de este pasto en el terreno que está en la esquina de bulevar Colosio y Quintero Arce.
Una característica de esta especie es que acumula mucho material inflamable, principalmente cuando no es pastoreado o cosechado; un lugar con materia seca acumulada de años es un incendio en potencia, esperando a ocurrir.
Hermosillo es una ciudad emplazada en el Desierto de Sonora, ésta Bioregión en su estado natural, no es sujeta a incendiarse; sin embargo, los terrenos periurbanos, como El Cerro del Bachoco, o cerros intraurbanos como el de La Cementera, La Campana, etc.; son propicios para caer en estos ciclos recurrentes de fuego, el los cuales el pasto Buffel resurge de las cenizas más vigoroso, no sin antes eliminar muchas de las especies nativas no resistentes al fuego.
Los casos de incendios de maleza que atiende el Departamento de Bomberos de Hermosillo son alarmantes; una mañana de abril del año 2018, pasando sobre Paseo del Río Sonora y calle De Las Cosechas, me percaté de como cuatro elementos del cuerpo de bomberos sofocaban un incendio de maleza (pasto Buffel por lo que pude observar) me pregunté ¿Cuánto será el costo el movilizar estos elementos más el vehículo (bombera)? ¿El costo de oportunidad de tenerlos ocupados y no disponibles para otra emergencia? ¿Qué tan frecuente será esto? Hice una solicitud vía transparencia para conocer qué tan común era atender este tipo de llamados, se me respondió puntualmente el 19 de julio de 2018, aunque no identificaban particularmente a nuestro “villano” el pasto Buffel, la respuesta fue que del 2013 al 19 de julio de 2018, tenían registrado la atención de 18,032 incendios controlados relacionados con zacates varios, la cifra me pareció exagerada, sin embargo, coincide con los que recientemente manifestó la alcaldesa en su cuenta de Tweeter el 21 de mayo: “En el año 2020 se han presentado más de 1500 incendios en la ciudad”.
Aunado a el pasto Buffel como maleza urbana, está el crecimiento disperso y “a saltos” de la ciudad. Es decir, dentro del polígono urbano hay muchos lotes baldíos. Estos sitios crean un nicho ideal para el desarrollo y multiplicación de esta maleza, además de que muchas veces se acumula basura. La concentración de personas y actividades diversas propias de una urbe; más aquellas de personas que se encuentran en situación de calle, que habitan estos espacios libres y pueden iniciar fogatas, aumentan la probabilidad de que se inicien incendios. ¿Qué hacer? Primero, reconocer la amenaza de está maleza urbana acumuladora de material altamente inflamable: el zacate Buffel. Tal como lo hizo Tucson, al ver como su icónico cerro “Tumamoc Hill” (el cerro con la “A” de la Universidad de Arizona) estaba inmerso en este ciclo de fuego que amenazaba destruir su característica vegetación del Desierto de Sonora; o al ver cómo los desarrollos residenciales periurbanos en los “Foothills” estaban amenazados por la invasión de este pasto. Cabe decir que, ya es una especie que está en la lista de las especies exo´ticas invasoras para Me´xico (D.O.F. 07/12/2016).
Removerlo mecánicamente (a pala o con maquinaria) es muy costoso, además de que esto resiembra el pasto; sin embargo, se debe de remover y se debe establecer un control de largo plazo, auxiliado por los expertos de universidades y centros de investigación. Reconocerlo como maleza urbana ayudara a que todos lo combatan. También, hay que reconocer el trabajo de muchos colectivos ambientalistas como Caminantes del Desierto que remueven esta maleza del Cerro de Johnson; o los integrantes de Ciudadanía Activa que están actualmente limpiando de zacate Buffel el parque de La Sauceda, también un área sujeta a incendios recurrentes.
Ante todo, se debe hacer que los dueños de terrenos baldíos los mantengan libres de esta maleza y limpios, este costo debe de deducirse de la plusvalía que adquieren por mantenerlos ociosos, y no pasarle la factura al Cuerpo de Bomberos (al H. Ayuntamiento), o a los daños que pudiera ocasionar los incendios en infraestructura, negocios, viviendas, etc.
*Profesor-investigador Cátedras Conacyt adscrito a El Colegio de Sonora.