Suspicacias

"Suspicacias", escribe Ricardo Homs en #ColaboraciónEspecial

La carta del ‘Mayo’ Zambada, dada a conocer por su abogado, levanta muchas suspicacias. Queda claro que el gobernador de Sinaloa Rubén Rocha Moya no tuvo que ver nada con este secuestro y entrega a las autoridades norteamericanas. Ningún gobernador de México sería capaz de retar a alguno de los cárteles que lideran la delincuencia en México, pues las represalias serían de alto calibre.

Si lo vemos desde la perspectiva del gobernador, efectivamente su nombre fue simplemente la carnada utilizada para hacer que el ‘Mayo’ acudiese a una cita con sus captores, y eso no es responsabilidad de él.

El hecho de que el ‘Mayo’ -uno de los capos más buscados por el gobierno norteamericano y casi un mito urbano respecto al narcotráfico- se sintiera confiado y seguro al acudir a una supuesta cita con la máxima autoridad estatal -quien hipotéticamente podría haber estado coordinado con el gobierno federal para atraparlo- nos despierta algunas sospechas.

¿Por qué decidió acudir a la reunión a la que fue invitado? … Con lo desconfiado que es el ‘Mayo’… ¿aceptaría ir a reunirse con alguien a quien no conoce?... ¿Qué le hizo sentirse seguro y protegido?

Según la carta del ‘Mayo’ se le había invitado para mediar en el conflicto entre el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y el recién electo diputado federal Héctor Melesio Cuén, quien ya había sido alcalde de Culiacán y además rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Con el tiempo Cuén se había convertido en el cacique de esa institución educativa, de la cual el gobernador Rocha también había sido rector años atrás. Sin embargo, ahora -ambos originarios de Badiraguato- estaban enfrentados.

Despertar confianza en el capo más buscado de México no es un delito. Sin embargo, la suspicacia que esto despierta sí amerita una investigación exhaustiva por parte del gobierno que encabeza el presidente López Obrador y por la FGR. En contraste, el presidente convertido en el juez más influyente de este país se ha apresurado por exonerarlo y brindarle su apoyo.

Otra suspicacia que nos deja la carta de ‘El Mayo’ es por qué en un tema eminentemente político, ‘El Mayo’ -con su intervención- podría solucionar la disputa.

El mismo día de la captura del ‘Mayo’, Héctor Melesio Cuén fue asesinado. Según la fiscalía de ese estado, a partir de un asalto, pero por otra parte el ‘Mayo’ aseguró haber saludado en el lugar de su secuestro a su amigo Cuén, y afirma que éste murió precisamente en el mismo lugar y a la misma hora en que él era subido contra su voluntad al avión que le llevaría a Estados Unidos.

Curiosamente el asesinato de Cuén debe haber resuelto ya la disputa por el control de esa universidad sinaloense, lo cual simplemente aumenta las suspicacias respecto a ese tema, con dos versiones enfrentadas: la versión del ‘Mayo’ en contra de la de la Fiscalía del Estado de Sinaloa.

La carta del ‘Mayo’ no acusa, pero sí despierta conjeturas que comprometen moralmente -aunque no jurídicamente- al gobernador Rocha, quien gobierna al estado que goza de la simpatía presidencial, así como por el municipio de Badiraguato, que contando con una población de quizá 27 mil habitantes, recibió del Presidente, en este sexenio, una carretera.

Extrañamente el Presidente, en lugar de buscar colgarse el mérito de haber participado -o por lo menos apoyado esa captura-, ha puesto todo su esfuerzo en deslindarse de ella, aún teniendo que pagar el precio de victimizarse y enfrentar a las autoridades norteamericanas. ¡Qué extrañas circunstancias sugiere esa carta del ‘Mayo’!

Ricardo Homs