Decisiones globales, votos locales: el mundo en el duelo Trump-Harris
Para ser un tema en el que la sociedad estadounidense supuestamente “no está interesada”, la política exterior ocupó bastante espacio en el debate presidencial entre Trump y Harris. La verdad es que si bien, no es el asunto prioritario o el que terminará decidiendo el voto de la mayor parte de las personas, de acuerdo con encuestas a lo largo de todo este año, los temas de política exterior han estado muy presentes en la agenda y, por tanto, en las percepciones de los electores. Unas notas al respecto:
1. Kamala Harris: continuidad y ambigüedad. Harris no tiene una enorme experiencia en asuntos internacionales. Fuera de grandes líneas mayores -lo suficientemente ambiguas como para no tener que distanciarse de Biden y al mismo tiempo poder proyectarse como diferente más adelante- lo que se pudo apreciar en el debate es una postura de continuidad con la política exterior de Biden.
2. Trump 2.0. Partiendo de una mirada pesimista de su país y del mundo, un Trump recargado va a volver a impulsar con vigor lo que se conoce como su aislacionismo transaccional. Aranceles y guerras comerciales al por mayor, demandas a los “aliados” para compartir la carga bajo el riesgo de quedarse sin la protección de EU, deportaciones masivas de inmigrantes, entre otros asuntos. Eso sí, después de las medidas de altísima presión, todo es negociable.
3. Ucrania. Si bien Harris mostró, sin mayores detalles, una continuidad de la política de Biden en torno a Ucrania y la OTAN, Trump dejó claro que se propone terminar rápidamente con esa guerra, empujando a ambas partes a negociar. Según su exsecretario de Estado Mike Pompeo la idea será cortar la ayuda a Ucrania (sustituida por esquemas mediante los que Kiev consiga préstamos) y forzar a Zelensky y a Putin a un acuerdo negociado (que, por supuesto implicará que Ucrania efectúe concesiones territoriales a Putin).
4. Medio Oriente. La realidad es que ninguno de los dos candidatos exhibió, durante el debate, acciones específicas que permitan suponer algún desarrollo distinto de lo que hasta ahora hemos visto. Mediante líneas generales, Harris selló su continuidad con la política de Biden al respecto. Trump reiteró que si él fuera presidente esta guerra no habría ocurrido, porque él tenía a Irán de rodillas y sin dinero para financiar milicias como Hamás.
5. Para el tema de China, parece haber solo diferencias en la forma, no necesariamente en el fondo. Trump impuso aranceles históricos contra exportaciones de Beijing. Biden dejó en su sitio cada uno de estos aranceles. Harris no ha dicho que los vaya a eliminar. Es verdad que, en los últimos meses, Biden está intentando mantener canales de diálogo permanentes con Beijing. Probablemente Harris tratará de mantenerlos. Trump en cambio, impulsará más aranceles y más medidas para escalar el conflicto antes de renegociar.
6. Por último, el debate mostró que, una vez más, México -el mayor socio comercial de Washington- no aparece entre las grandes prioridades de política exterior, salvo como fuente de riesgos o como blanco de medidas para proteger a EU de esos riesgos. Lo que podemos prever es que con Harris la relación se mantendrá dentro de canales institucionales. Con Trump podemos esperar una conducta más errática e impredecible.
Solo recordar que en 2016 la contienda Trump-Clinton, una elección en la que votaron 137 millones de personas, fue definida por 78 mil votos en tres estados que otorgaron a Trump 46 votos electorales de 270 que requería. Así que, cualquier cosa que se haya dicho en el debate, tiene que ver con la forma como unos cuantos electores ubicados geográficamente en condados específicos, lean el carácter y las políticas de ambos candidatos.
Mauricio Meschoulam
X: @maurimm