Libres para amar
1) Para saber
“La libertad es el instrumento que puso Dios en las manos del hombre para que realice su destino” (Emilio Castelar). Para esta Cuaresma el Papa Francisco escribió un mensaje con el lema: “A través del desierto Dios nos guía a la libertad”.
En la Sagrada Escritura, se relata cómo Dios libera al pueblo judío de su esclavitud en Egipto. Luego caminarán cuarenta años por el desierto antes de entrar a la tierra prometida. Ahora, en la Cuaresma, con sus cuarenta días, Dios desea liberarnos para tener una vida nueva.
Hoy, señala el Papa, el pueblo de Dios necesita ser liberado de sus esclavitudes y pasar de la muerte a la vida. Con el bautismo comenzó nuestra liberación, pero falta hacerlo de varias esclavitudes.
2) Para pensar
La libertad que nos ganó Jesús, no se pierde. Así lo testimonia la hermana Gloria Cecilia Narváez, religiosa colombiana que fue secuestrada en octubre de 2017, en Mali. Con otras religiosas, servía en la catequesis de niños, jóvenes y en la promoción de las mujeres. Duró secuestrada durante casi cinco años por yihadistas. La religiosa recordó que al llevársela, sus captores le pusieron una cadena en el cuello con un artefacto explosivo. Aseguró: “aunque fueron años difíciles, puedo decir con certeza que mi espíritu no estuvo secuestrado. Me sostuvo mi fe y esperanza... Pude vivir mi espiritualidad franciscana, al contemplar la naturaleza, los atardeceres, los camellos, la diversidad de pajaritos, las noches con estrellas… Dios me abrazaba con mi hermana naturaleza”.
La religiosa relató: “solía dibujar un cáliz en la arena y adornaba mi sagrario con flores. Mis captores se enfurecían y lo borraban con los pies. Invocaba al ángel de mi guarda, de rodillas juntaba mis manos al cielo nombrando con mucho amor el dulce nombre de María. Rezaba el Rosario juntando piedritas; aunque afuera había serpientes y hormigas”.
Cuando había una fuerte tormenta Gloria se encerraba en su tienda a rezar. Al terminar, solo su tienda quedaba en pie, todas las demás, destruidas. Sus captores le gritaban: “El islam es la religión”, y la insultaban para que renegara de su fe y se hiciera musulmana. Algunos se convirtieron al islam para ser tratados mejor, pero la hermana Gloria decía: “Jesucristo lo es todo para mí y jamás renunciaré a Él”. Rezaba por su conversión. Vivía lo que decía San Francisco de Asís: ‘Si te azotan, bendícelos y que nadie se vaya sin ver en tus ojos la misericordia”. Ahora Gloria invita a perdonar, a reconciliarse y sembrar la paz.
3) Para vivir
A diferencia del Faraón, que quería esclavos, Dios lo que quiere son hijos. Por ello nos creó libres, para amarlo libremente. Y al perderla por el pecado, desea devolvérnosla una vez más en la Confesión. Dios no se cansa de nosotros.
La Cuaresma es tiempo de liberarnos de la esclavitud del pecado: la mentira, el consumismo, la soberbia de sentirnos omnipotentes, la desesperanza. Por eso la oración, la limosna y el ayuno nos ayudan a vaciarnos y liberarnos de los apegos que nos aprisionan. Es un tiempo de rostros alegres, donde se sienta la fragancia de la libertad, y se libere el amor al necesitado que hace nuevas todas las cosas.