Un salto en la fe
PARA SABER
“El humor es una de las mejores prendas que se pueden vestir en sociedad” (William Mark Spencer). En la vigilia que tuvo el Papa Francisco en Portugal en la 37ª Jornada Mundial de la Juventud, recordó la importancia de llevar la alegría a los demás. A partir del lema “María se levantó y partió sin demora”, señaló que va de prisa porque ama, pues quien ama, acude pronta y alegremente. María, en vez de pensar en ella misma, piensa en ayudar a su prima. Porque la alegría es misionera, no es para uno, es para llevarla. Y no es una alegría pasajera, sino que echa raíces.
La alegría no está en la biblioteca, encerrada, sino que hay que descubrirla en nuestro diálogo con los demás, donde compartimos la alegría que hemos recibido. Incluso, aunque se cometan errores, pues lo importante es levantarse. El Papa recordó un canto de los alpinistas cuando suben: “En el arte de ascender —la montaña—, lo que importa no es no caer, sino no permanecer caído”.
PARA PENSAR
Ciertamente la Virgen lleva la alegría de Cristo a las almas. Pero en esta ocasión también trajo una alegría especial y extraordinaria de forma inesperada a una joven española y a quienes la han compartido. Se trata de Jimena, de 16 años, quien asegura haber recuperado la vista durante una Misa en Fátima.
Ocurrió el sábado 5 de agosto en Fátima (Portugal), día en que terminaba una novena a la Virgen de las Nieves, a la que se unieron muchísimas personas. Se confesó antes de ir a Misa, fue a comulgar y comenzó a llorar. Cuando abrió los ojos, empezó a ver todo. Les habló por teléfono a sus padres, pero no podía hablar, pues lloraba de alegría y sólo podía decirles que veía. Una alegría increíble. Se dio cuenta de que sus amigas eran dos años y medio más mayores, pues llevaba más de 2 años sin poder verlas. El equipo médico había dicho que era incurable. No obstante su familia nunca perdió el sentido del humor, pues su padre decía que “trataban de sacar el lado más cómico de las cosas terribles que te pueden pasar, porque si no, te centras en la propia desgracia y la vida se hace muy dura”. De haber seguido así, ya necesitaría de un bastón y un perro guía. Le gustaba mucho leer, y ahora dice que leer cualquier cosa, aunque sea un simple cartel, le parece un gran regalo, un milagro. Asegura que la enfermedad “es un vehículo para que otras personas se purifiquen o sean mejores alrededor del enfermo, ha sido un regalo de la Virgen”.
Para la familia de la joven, lo ocurrido es una invitación para tener un salto en la fe y para fiarnos de la Virgen, dejarnos en sus manos.
PARA VIVIR
El Santo Padre aclaró que la JMJ no son unas vacaciones, sino un encuentro con Cristo a través de la Iglesia. Y para llegar a Jesús, su Madre nos ayuda. Comenta el Papa que le gusta mucho invocar a la Virgen “apresurada”, que nunca nos hace esperar al ser la madre de todos. Ante un mundo donde hay guerra, la JMJ ha mostrado que es posible convivir sin odio y sin miedo.
Además, María es modelo para los jóvenes: nos enseña a levantarnos y partir sin demora. Ante ella el Papa rezó para que Dios sane al mundo de otras enfermedades: la soberbia, la mentira, la enemistad, la violencia.
Pbro. José Martínez Colín
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