Una transición entre compañeros

"Una transición entre compañeros", escribe Epigmenio Ibarra en #Itinerarios

De nueva cuenta fallaron, en todos sus pronósticos apocalípticos, los intelectuales, líderes de opinión y sabihondos cercanos a la derecha conservadora que -hasta ahora al menos- han monopolizado los espacios más importantes en los medios de comunicación masiva.

A la aplastante derrota en las urnas de su candidata y sus partidos siguió, para ellas y ellos, una arrasadora pérdida de influencia y credibilidad. A la ignorancia de las masas atribuyeron un fracaso que es, solamente suyo y que es resultado de su propia arrogancia y de su falta de honestidad intelectual.

Aunque se finjan neutrales lo cierto es que tomaron partido, unos abiertamente y otros de forma simulada, por un régimen, el neoliberal, al que la corrupción condujo -y les condujo- a un estado de degradación total.

Por la izquierda los rebasó la realidad y hoy no hacen más que hilvanar mentiras y desaciertos. Aferrados como están a los usos y costumbres del viejo régimen, pronosticaron entre otras catástrofes inevitables, una ruptura entre Claudia Sheinbaum Pardo y Andrés Manuel López Obrador.

Se equivocaron de nuevo. No tuvo la Presidenta electa necesidad alguna, "para brillar con luz propia", de deslindarse de López Obrador; al contrario, sin caer en la trampa de sentir su propio protagonismo amenazado, reforzó su contacto con él y le reiteró públicamente, cada vez que tuvo oportunidad de hacerlo, su admiración y su respeto.

Atrás quedó el ritual bárbaro de linchamiento del antecesor que se repetía inexorablemente cada seis años y marcaba el fin de cada mandato presidencial. Atrás el desasosiego sexenal y generalizado resultado del sacrificio del viejo Tlatoani.

Como compañeros, hermanados por principios y convicciones, unidos en la firme decisión de transformar pacífica y democráticamente a México, viajaron por todo el país el Presidente saliente y la que será la primera Presidenta de la República en nuestra historia.

Esta transición fraterna, protagonizada por una mujer y un hombre que han luchado juntos por más de 20 años, fue como un bálsamo y produjo serenidad y certeza en amplios sectores de la sociedad que hoy, como no tengo memoria que hubiera sucedido antes, viven un duelo -singular y profundo- por la partida de Andrés Manuel.

Ver a Andrés Manuel al lado de Claudia y escucharlo repetir, una y otra vez, que ella es “lo mejor que le pudo haber pasado a México” y que, por eso, “porque deja el país en buenas manos, se va orgulloso, tranquilo y satisfecho” sosiega los ánimos de todas y todos los que se preguntan qué pasará después del primero de Octubre y cuando el presidente más querido de la historia reciente se vaya a La Chingada, su finca en Palenque, Chiapas.

Con generosidad, inteligencia, sensibilidad y firmeza actuaron tanto Claudia como Andrés Manuel. No sólo en las y los militantes y simpatizantes de la izquierda el verlos juntos y tan de acuerdo tuvo efectos positivos; también los gobiernos extranjeros y los organismos multilaterales, los mercados y el empresariado se sintieron aliviados.

No habrá tormenta sobre México esta vez y México no será con Claudia, como no lo fue con López Obrador, un país que signifique riesgos de ningún tipo -como lo presenta la derecha fanatizada e histérica- ni para la democracia ni para la comunidad internacional ni para los inversionistas locales y extranjeros.

A nadie espanta hoy por hoy -salvo a las minorías que actúan en los márgenes extremos, a la derecha y a la izquierda de la sociedad- que en México continúe y se profundice esta revolución pacífica, democrática, radical y que se produce en libertad.

La transición inédita que hemos vivido; una transición entre compañeros, entre hermanos de lucha, es la respuesta a las expectativas de un pueblo que se volcó a la urnas y ordenó con su voto continuar la transformación y es, además, un mensaje potente y claro al mundo entero; aunque en los últimos seis años México cambió radicalmente, este cambio -que nadie podrá impedir- apenas comienza.


Epigmenio Ibarra

@epigmenioibarra