Alito Moreno: ¿de defensor a traidor de la alianza opositora?
Hoy a las 10 de la mañana, con lo que diga en su conferencia de prensa, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, cargará con la responsabilidad histórica de romper o salvar a la alianza opositora Va por México que había logrado hacer un contrapeso al gobierno y al autoritarismo del presidente López Obrador. Si no da una explicación clara y convincente de por qué permitió que una diputada de su fracción, Yolanda de la Torre, presentara una iniciativa de reforma constitucional a favor de continuar el modelo militarizado de la seguridad pública, más allá del 2024, propuesta que ya hizo suya e impulsa la bancada de Morena, Alito habrá confirmado las sospechas de traición con sus pares opositores y negociación con el gobierno lopezobradorista para salvar su pellejo de las acusaciones de corrupción que le hizo la Fiscalía de Campeche.
A estas alturas se ve ya muy difícil que el líder priista pueda negar lo que ya es evidente: que llegó a un entendimiento con Morena y con la 4T y que traicionó su palabra —si es que alguna vez la tuvo— y los acuerdos de "moratoria constitucional" que él mismo propuso y anunció junto con el PAN y el PRD, a cambio de algún tipo de trato político-judicial para frenar la persecución en su contra instrumentada desde el gobierno federal y ejecutada por la desparpajada gobernadora Layda Sansores y su fiscal expeñista, Renato Sales Heredia. Para decirlo claro, Alito pasó del "a mí no me van a callar, sólo que me maten" y "el presidente no logrará dividir a la oposición", a cuadrarse ante López Obrador y seguir su consejo de divorciarse políticamente de sus aliados de la oposición.
Ayer mismo, en espera de que les dé una explicación pública que no ha podido dar en privado, los principales dirigentes y promotores de la Alianza le dieron un ultimátum al dirigente y diputado priista para que defina si va a seguir con el compromiso que hizo con el bloque opositor, o si votará con Morena la extraña propuesta de su diputada que ya fue programada rápidamente para ser dictaminada y votada en comisiones el próximo 13 de septiembre, algo que es inusual cuando se trata de propuestas de diputados de la oposición a las que la bancada morenista siempre relega y manda a la congeladora.
"Si el PRI no retira la propuesta de continuar la presencia del Ejército en la seguridad más allá del 2024 o sus diputados votan en contra de ella, su dirigente cargará con la responsabilidad de que se rompa la Alianza", dijo Marko Cortés, mientras que Claudio X. González dijo en su cuenta de Twitter: "En la construcción de la coalición Va por México —que tanto ha servido a la contención de los daños causados por Morena y que es la mejor vía para lograr la alternancia democrática— el cumplimiento a cabalidad de los acuerdos ha sido y debe seguir siendo fundamental". Por su parte, Gustavo de Hoyos comentó en la misma red social: "La Coalición Va por México surgió para preservar los valores de la democracia y defender la Constitución, incluyendo la lucha contra la militarización. Su fortaleza reside en el cumplimiento de lo pactado. Los líderes partidarios deben apegarse a principios y honrar acuerdos".
Fuentes de la dirigencia nacional del PRI nos comentaron anoche que la bancada priista no piensa retirar la iniciativa de la diputada De la Torre y la dejará seguir su curso e incluso es muy probable que la mayoría de los diputados la vote a favor junto con Morena. "Alito no va a retirar la iniciativa, ya se los dijo a los dirigentes de la Alianza en corto y hoy en la conferencia reivindicará la libertad de los diputados de su partido para proponer y presentar iniciativas libremente", nos comentó la fuente del CEN priista, quien confirmó que Moreno Cárdenas ha tenido pláticas y encuentros con los líderes aliancistas y que se busca alguna "salida negociada", pero que no dará marcha atrás a la propuesta constitucional de alargar por 4 años más, hasta 2028, la presencia del Ejército en las calles y en la seguridad pública de los mexicanos.
Por lo pronto, lo que es un hecho que mañana el presidente López Obrador tendrá dos motivos grandes para celebrar dos victorias políticas y jurídicas: por un lado que la Suprema Corte ya no invalidará la prisión preventiva oficiosa, al quedarse con solo 7 votos el proyecto del ministro Luis María Aguilar, aunque todavía habrá que esperar al jueves para saber cómo queda finalmente el tema con las interpretaciones que haga y vote el pleno de la Corte; y por el otro lado, mañana mismo el inquilino de Palacio, que ahora también es experto en matrimonios políticos, podrá cantar victoria si hay divorcio entre los partidos de la Alianza Va Por México y el PRI y Alito dejan al PAN, al PRD y a Claudio X. González, para acercarse al cobijo y la protección del poder presidencial.
NOTAS INDISCRETAS...
Las consecuencias y efectos de una ruptura en la Alianza Va por México no sólo se sentirán afuera, sino también adentro del PRI. Ayer el senador Miguel Ángel Osorio Chong, coordinador de la bancada priista, desconoció la iniciativa de la diputada De la Torre y dijo que la fracción tricolor en el Senado nunca la conoció ni está de acuerdo con su contenido ni con la propuesta de alargar la militarización de la seguridad por cuatro años más, por lo que votarán en contra de la reforma constitucional cuando llegue a los senadores. Y aunque ninguno se expresó públicamente, anoche desde Toluca y Saltillo se comentaba que hay expectación en los gobernadores Alfredo del Mazo y Miguel Riquelme por el futuro de la Alianza opositora, pues su rompimiento tendría un impacto directo en los comicios que habrá en esas dos entidades el próximo año. Una cosa es el PRI con alianza en 2023 y 2024 y algo muy distinto si compite solo, sobre todo en el Estado de México donde la presencia de la alianza es fundamental para frenar el avance de Morena y de la elección de Estado que preparan desde Palacio Nacional. Es decir que, si rompe la alianza, Alito no sólo tendría reclamos, reproches y acusaciones de traición por parte de sus aliados del PAN y PRD, sino que también podría enfrentar el embate de los grupos priistas que no están conformes con su actuación y que, aunque él tiene el control total del Consejo Político Nacional y de la estructura partidista, podrían intentar removerlo por considerar que también traicionó a su partido al negociar con el gobierno lopezobradorista para salvar su cabeza… Los dados mandan Serpiente doble. Descenso obligado.