Día clave en el Tribunal: o se ponen de acuerdo o los embisten
La crisis interna que vive el tribunal electoral federal tendría hoy una posible salida. Con la mediación del presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, que hoy recibirá en su despacho al depuesto presidente José Luis Vargas, se busca concretar para este lunes una reunión entre los siete magistrados electorales, en la que los cinco “rebeldes” se sienten con Vargas y la magistrada Mónica Soto a dialogar, resolver sus diferencias y encontrar una solución que destrabe la crisis y termine la parálisis en que se encuentra el máximo órgano comicial, justo cuando tienen pendientes por resolver y calificar varias elecciones federales y estatales y cuyo plazo para un fallo es el 23 de agosto.
Al mediodía se realizará el encuentro entre Zaldívar y Vargas y a partir de los acuerdos a los que lleguen, se programará para la tarde la sesión a puerta cerrada donde los magistrados intentarán sacar al tribunal electoral de la ruptura en que se encuentra. Como los dos bloques insisten hasta ahora en la legitimidad de su presidencia, tanto el depuesto José Luis Vargas como el presidente electo por la mayoría de cinco magistrados, Reyes Rodríguez, se buscaría una “solución alterna y negociada”.
Sobre la mesa de los magistrados hay dos propuestas: la primera reponer el procedimiento de votación del nuevo presidente en una sesión en la que estuvieran presentes los magistrados Vargas y Soto, que no se presentaron a la sesión del 4 de agosto; y una segunda propuesta, que es la que más tiene posibilidades de aprobarse, es que se posponga la definición de quién es el presidente en funciones hasta que pase la fecha del 23 de agosto y se resuelvan y voten, en tiempo, todos los expedientes electorales pendientes.
Esa segunda propuesta, que impulsan varios magistrados, dice que ni Vargas ni Reyes se quedarían como presidentes y que en su lugar el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sería encabezado por un “decanato” que encabezaría la magistrada o magistrado con más antigüedad en el cargo, sólo hasta que se desahogue el trabajo pendiente y urgente, y se pueda retomar la definición de quién se queda en la presidencia.
La realidad es que si los siete magistrados electorales no son capaces de ponerse de acuerdo y poner fin, o al menos posponer sus diferencias, se estarían exponiendo a que desde afuera -muy posiblemente desde la Presidencia de la República o desde el Senado- se tome una decisión drástica que podría ir desde una Reforma Electoral que desaparezca al Tribunal Electoral hasta su disolución, con el despido de todos los magistrados, para elegir una nueva integración del organismo de justicia electoral.
Eso ya se los dijo claramente el presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, a los cinco magistrados “rebeldes” con los que se reunió el pasado jueves, y sin duda se lo repetirá hoy al magistrado Vargas.
Así que hoy se verá qué tanto entendieron el mensaje los magistrados del tribunal y qué tanto pueden dialogar y encontrar una salida a la crisis que ellos mismos generaron con sus choques, y su incapacidad de ponerse de acuerdo. Como dice una expresión muy popular, que se utiliza para decir muy claramente que quien no se adapte a circunstancias nuevas y cambiantes, terminará perdiéndolo todo: los magistrados electorales “o se aclimatan o se aclichingan”, porque hoy los máximos jueces comiciales del país están en esa encrucijada en la que tienen que cumplir con su obligación constitucional y calificar ya las elecciones, pero al mismo tiempo tienen que resolver su ruptura interna. ¿Se van a aclimatar o no?