Un gobierno esquizofrénico, bipolar e inconsistente
Si usted pregunta en estos momentos cuál es la posición oficial del gobierno de México, tras el anuncio de Estados Unidos y su representante comercial, Katherine Tai, de solicitar consultas por violaciones al TMEC de la política energética mexicana, sería difícil responderle con exactitud. Y si pregunta qué dice el gobierno de López Obrador al hecho de que, a la denuncia estadounidense se sumó también el gobierno de Canadá, el tema se vuelve aún más complicado porque no hay una respuesta única ni coherente en la administración mexicana.
Y es que ante la queja de nuestros dos principales socios comerciales -de los que dependen la mayoría de nuestras exportaciones y buena parte de nuestra economía- el presidente López Obrador respondió primero negando el problema: "No hay en los empresarios estadunidenses ninguna inquietud. No hay ninguna violación al Tratado y no va a pasar nada", dijo al atribuir la solicitud estadunidense al lobbying y cabildeo de empresas extranjeras, de empresarios mexicanos que se quejan y a la intelectualidad conservadora. Y luego, el jefe del Estado mexicano pidió en su conferencia oficial que le tocaran una canción que hace sorna y se burla de la solicitud de consultas contra su política energética en el TMEC: "Uuuy qué miedo, mira como estoy temblando; uuuy qué miedo mira cómo estoy temblando", dice la canción que dedicó a los gobiernos de Joe Biden y Justin Trudeau.
Pero en la total bipolaridad política, al otro extremo de la mofa que hizo el presidente sobre el proceso que se abrirá en contra de México en las mesas del TMEC, la subsecretaria de Comercio Exterior de su gobierno, Luz María de la Mora, dijo ayer que están abiertos a tener con Estados Unidos "un diálogo franco y constructivo para resolver la controversia por los cambios en la política energética mexicana". Mientras tanto, la secretaria de Comercio, Tatiana Clouthier, en un comunicado oficial, minimizó las solicitudes de Estados Unidos y Canadá al señalar que es la cuarta ocasión que se utiliza el mecanismo general de solución de diferencias del capítulo 31 del TMEC entre sus socios.
"Desde la entrada en vigor del Tratado, Estados Unidos inició un procedimiento en contra de Canadá por la distribución de cupos en el sector lácteo; Canadá en contra de Estados Unidos por una medida de salvaguarda en materia de células fotovoltaicas, y México y Canadá en contra de Estados Unidos por la interpretación y aplicación de las reglas de origen en el sector automotriz", desglosó la SE al señalar que en este caso de Estados Unidos y Canadá contra México por violaciones de la política energética al TMEC, se tiene un plazo de 75 días para solucionar la controversia y, si hay un acuerdo, Estados Unidos podrá solicitar la instalación de un panel que decida sobre este asunto.
Y ¿entonces? Cuál es la posición real u oficial del gobierno mexicano ante la petición de consultas de EU y Canadá contra los recientes cambios en la política energética del gobierno de la 4T ¿la de burla y sorna del presidente que se mofa de los dos socios comerciales y les dedica una canción tropical diciéndoles que no les tiene miedo?, ¿la de la subsecretaria de Comercio que afirma que el gobierno mexicano quiere un diálogo franco y constructivo para resolver la controversia sobre las leyes energéticas mexicanas y sus afectaciones a empresas estadunidenses y canadienses? O de plano la del comunicado de la Secretaría de Economía, que dice que no hay nada de qué preocuparse y que esta es una queja más en el marco del TMEC y no tendrá consecuencias para el país.
La realidad es que es difícil entender la manera de reaccionar de este gobierno en el que, lejos de una posición oficial única, seria, mesurada e institucional, tenemos una reacción casi infantil del presidente de México que, cual niño berrinchudo, opta por patalear y negar la realidad mientras le saca la lengua a nuestro socio comercial más importante y le dedica cancioncitas jocosas de su paisano Chico Che. Luego, es hasta penoso ver a los secretarios y funcionarios del gabinete tratando de hacer malabares para tratar de explicar y componer lo que descompone, en sus rabietas y descomposturas el Presidente.
Así que si en Washington vieron ayer el video de la conferencia oficial del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, y algún traductor les explicó lo que decía la cancioncita con las que les contestó el Presidente, a su legítima preocupación y petición de que se revise si la política energética estatista e ideologizada que ha impuesto López Obrador para privilegiar a Pemex y a la CFE por sobre las empresas privadas nacionales y extranjeras, muy seguramente al entender el coro burlón de la cumbia tabasqueña, combinado con la sonrisa aún más burlona que se le veía al Presidente mexicano, seguro en la Casa Blanca alguien exclamó: "What a fuck is this".