Los militares crecen en labores y presupuesto
El avance de las Fuerzas Armadas en el gobierno del presidente López Obrador no sólo se ha dado en las crecientes labores civiles que les entrega el Presidente a las instituciones militares, sino también en mayores presupuestos para el Ejército y la Marina que son dos de las áreas de la administración pública federal a las que no ha tocado la austeridad republicana y que registran un aumento importante en los recursos de los que dispondrán en el Presupuesto Federal 2021.
De acuerdo con el proyecto presupuestal entregado por la Secretaría de Hacienda y que comenzará a discutir la Cámara de Diputados la próxima semana, la Secretaría de la Defensa aumenta su presupuesto en 18 mil 528 millones de pesos, mientras que la Secretaría de Marina Armada de México recibirá casi dos mil millones de pesos adicionales el próximo año y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana incrementa su gasto en tres mil 921 millones de pesos.
El presupuesto total a la Sedena, que este año fue de 94 mil 28 mdp -de los cuales tres mil 671 mdp los destina a labores de Seguridad Pública- pasa el próximo a año a 112 mil 557 mdp, de los que 21 mil 153 millones se destinarán a las labores de Seguridad Pública; mientras que la Marina pasa de 33 mil 557 mdp, con un monto de cuatro mil 767 millones para seguridad, a tener en 2021 35 mil 467 millones de pesos, de los que seis mil 934 millones los destinará a las citadas labores de seguridad pública en el país. En contraste con el crecimiento y los recursos que se destinan a las instituciones castrenses, el presupuesto para seguridad en las entidades federativas será de 24 mil 872 millones de pesos el próximo año y si bien registra un incremento importante en relación con los 11 mil 443 pesos que tuvieron este año, en realidad lo que se reparte entre 32 estados es apenas una quinta parte del total de los recursos que se entregan a la Defensa Nacional y equivale apenas a 35% del total de los recursos que recibirá la Marina el próximo año.
El dinero para seguridad en los estados se reparte en siete mil 695 mdp para el Fondo de Asignaciones en Seguridad Pública (FASP) y los restantes 17 mil 176 mdp al Fortamun, mientras que al Fortaseg se le deja en ceros. Todos esos recursos para seguridad, tanto los que recibirán las Fuerzas Armadas, como los que se entregan a las entidades del país, tienen que destinarse a las siguientes acciones: Recuperación y dignificación de cárceles, Modelo nacional de policía y justicia cívica, Policía de proximidad social, Investigación bajo el mando del Ministerio Público, Recepción de denuncias, Atención a Víctimas, Trabajo a favor de la comunidad, Coordinación con la Guardia Nacional de policías estatales, municipales y Ministerio Público y Creación de la Guardia Nacional como una corporación de carácter civil para prevenir, investigar y perseguir delitos del fuero común y federal, según lo que establece el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021.
En cuanto al Sistema Federal Penitenciario, el presupuesto 2021 propone asignar 21 mil 397 mdp para los penales federales, que además registran una ocupación menor. Mientras a los penales estatales no se les asigna nada de esos recursos, a pesar de que son los más sobrepoblados y en los que una buena parte de los reos son del fuero federal. Del total del sistema penitenciario del país, sólo 20 cárceles son federales y 275 estatales, pero a esas no se les dan recursos federales para cumplir con los propósitos de reinserción social, acciones educativas, capacitación para el trabajo, promoción de la salud, actividades deportivas y culturales. Todas esas actividades, que se mencionan para su realización en los penales federales, también se llevan a cabo en las cárceles estatales, en donde se concentra la mayor parte de la población de personas privadas de la libertad o PPL.
Todos esos datos, que surgen del análisis del presupuesto que están haciendo varios gobiernos estatales, serán parte de lo que los gobernadores de la autonombrada Alianza Federalista, que agrupa a 10 gobernadores, le plantearán al gobierno de López Obrador y a la Cámara de Diputados como parte de lo que se debe revisar y modificar en el PEF 2021 antes de su aprobación. Para exponer esas demandas los 10 mandatarios de la Alianza se reunirán la próxima semana por primera vez en la Ciudad de México para hacer sus planteamientos en materia presupuestal y su exigencia de que se revisen las participaciones que se entregarán a los estados del país el próximo año.
Y es que mientras los estados se quejan de que a ellos les reducen recursos, con el argumento de que habrá menos recaudación, es evidente que hay dependencias federales que no sólo no sufren recortes sino que tendrán aumentos importantes en su presupuesto, como son los casos de Sedena y Marina, a los que además de incrementarles recursos les siguen entregando obras y programas de carácter civil, como el caso de la Administración del Sistema de Puertos Marítimos del país, que le será transferido a la Secretaría de Marina, según el proyecto de dictamen que la próxima semana podría aprobarse también en la Cámara de Diputados.
Así, mientras tenemos estados y gobernadores que mendigan por recursos, las fuerzas militares tienen cada vez más trabajo e injerencia en la vida civil del país, donde lo mismo construyen aeropuertos, que administran el comercio marítimo, son responsables de la seguridad pública y atienden la pandemia de Covid. No cabe duda que, como en ningún Gobierno desde la época de la institucionalización de la vida política del país, cuando a los militares se les prohibió hacer política, hoy las instituciones castrenses ganan cada vez más terreno en la vida civil de la República.
Notas indiscretas...
Muy extraño resultó que el presidente López Obrador omitiera entre sus nuevas arengas un “viva” para los médicos y enfermeras y todo el personal de salud que están dando la pelea contra el Covid-19 en muchos casos a costa de su salud y vida. Hay quien dice que al mandatario sí le sugirieron sus cercanos hacer el necesario y obligado reconocimiento, pero que él no quiso incluirlo bajo la lógica de que, en su discurso y mensaje, la pandemia ya está controlada y no es más tema.
El contraste con algunos gobernadores que sí vitorearon a los héroes del personal médico, como el morenista Miguel Barbosa en Puebla o el emecista Enrique Alfaro en Jalisco, entre otros, fue evidente y aunque se valoran las nuevas arengas de AMLO sobre “la grandeza cultural de México”, “la esperanza en el porvenir” y hasta el polémico “amor al prójimo” al que no faltó quien le encontrara el tinte religioso que ha caracterizado al discurso presidencial, sigue siendo una incógnita por qué López Obrador le escamoteó el reconocimiento a los médicos y enfermeras… En cuanto a la imagen, más que el vestido de doña Beatriz o el traje y la expresión del Presidente, lo que llamó la atención de la ceremonia del Grito de Independencia fue la comunicación no verbal entre la pareja presidencial. Cada vez se ven más duros los gestos y las actitudes entre ellos y, si bien cumplen con el papel institucional de manera austera y discreta, hay formas y modos en la pareja que se empiezan a ver demasiado rígidos y forzados… Giran los dados. Escalera doble para la Patria que somos todos.