Marko se queda solo; el PAN desunido y dividido

Marko se queda solo; el PAN desunido y dividido escribe Salvador García Soto en #SerpientesYEscaleras.

El vacío que ayer le hicieron varios panistas de la cúpula al dirigente nacional Marko Cortés, evidencia las dos cosas más graves que le ocurren en este momento al principal partido de oposición en el país: por un lado su dirigencia ha perdido el liderazgo y el rumbo del partido, justo en momentos en que el panismo debiera ser el ancla de la alianza opositora, y por el otro las divisiones internas y la pérdida de confianza hacia quien encabeza el CEN confirma la desunión que afecta en estos momentos al blanquiazul.

Y es que Marko Cortés no ha podido entusiasmar al panismo en su reciente reelección, en la que no logró transmitir la existencia de un nuevo proyecto partidista que apunte a fortalecer y renovar al PAN para convertirse en la verdadera opción opositora que pueda capitalizar y dar cauce al descontento que existe contra el gobierno de López Obrador en un sector importante de los mexicanos, que no encuentran hasta ahora un verdadero contrapeso y equilibrio al desbordado poder presidencial y al crecimiento de Morena, y que no ven opciones reales para dirigir su voto de descontento hacia el actual gobierno.

Los desaires de figuras como el senador Damián Zepeda, exdirigente nacional panista; del exgobernador de Querétaro, Francisco Domínguez; de la exdiputada Adriana Dávila; del exsenador Roberto Gil Zuarth; del senador Gustavo Madero, y del exaspirante a la dirigencia nacional, Gerardo Priego, al negarse todos ellos a aceptar el ofrecimiento de cargos como "delegados del CEN" en estados donde habrá elecciones de gobernador de 2022, que les hizo Marko Cortés, dejan muy claro que la mayoría de los liderazgos panistas no quieren apoyar ni asociarse con la imagen del actual dirigente nacional y prefirieron rechazar los cargos para coordinar las elecciones estatales del próximo año.

El rechazo de varios de ellos, que se negaron a aceptar el nombramiento que les ofreció Marko, y además cuestionaron la forma "burda y torpe" en la que su dirigente nacional decidió y anunció los nombramientos en un comunicado de prensa, sin antes haberles consultado a ellos ni dialogado para preguntarles si estaban de acuerdo, dejó en claro que al señor Cortés prácticamente le hicieron el vacío y le volvieron a reprochar su falta de formas y de liderazgo.

Claramente Marko Cortés no sólo perdió liderazgo y confianza del panismo en esta segunda reelección que al parecer fue más forzada que real; pero además, la poca autoridad que le quedaba en su partido se esfumó después de que, en un golpe de "fuego amigo" que él mismo denunció, le filtraran hace una semana un audio de una reunión interna con el panismo de Aguascalientes, en el que Cortés prácticamente daba por perdidas cinco de las seis gubernaturas que se renovarán en 2022.

Así es que en momentos en que entramos al proceso electoral de 2022 en donde se renuevan seis gubernaturas, en la antesala de las elecciones de 2023 en el Estado de México y la ya abierta sucesión presidencial, las cosas no pintan bien para la oposición política, con un PAN, que es el partido que se supone más sólido de los opositores.

Y sin oposiciones que le hagan sombra ni contrapeso, el partido oficial, con todo y sus inconsistencias, pleitos y divisiones, le dará al presidente para cumplir con su objetivo de garantizar la continuidad de su movimiento político en 2024 y dejar a su sucesora (o sucesor) en la Presidencia de la República. Es decir, que con un PAN debilitado, dividido y su líder abandonado y desairado por los liderazgos de su partido, la 4T y Andrés Manuel tendrán prácticamente el camino libre para instaurar un régimen que se quedará al menos un sexenio más conduciendo al país, con todo lo que eso signifique.