¿Cumbre del Pacífico o Cumbre de la Izquierda?
La confirmación que ayer hizo el presidente López Obrador, sobre la presencia en México de al menos cinco mandatarios latinoamericanos, para asistir a la Cumbre de la Alianza del Pacífico, del 23 al 25 de noviembre próximos, resulta sin duda interesante por el momento y el contexto en que se realizará esta reunión. Si bien esta Cumbre se creó en 2011 por los entonces presidentes de México, Perú, Colombia y Chile, para negociar e impulsar la integración de las economías de esos cuatro países y permitir el libre tránsito de personas y mercancías entre sus territorios, el mecanismo resultó exitoso en la medida de que cada vez más países de todo el mundo han solicitado ingresar a este grupo que concentra el 43% del PIB latinoamericano.
Pero ocurre que justo cuando le toca a México ser sede de la próxima Cumbre, además de que nuestro país ocupa también la Presidencia temporal de este mecanismo de integración económica, la realidad geopolítica de América Latina se ha cargado hacia la izquierda y en la convocatoria que hizo el presidente López Obrador habrá al menos cuatro de los cinco presidentes asistentes que provienen de partidos de izquierda como Gabriel Boric, de Chile; Gustavo Petro, de Colombia; Pedro Castillo, de Perú, y por supuesto el mandatario mexicano. Sólo el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, proviene de la derecha y apenas en esta reunión será aceptado como "país miembro".
Y para que quede claro que en la convocatoria de López Obrador hay en este momento una cierta intención política, el presidente anfitrión informó ayer que también invitó a la Cumbre de la Alianza del Pacífico al presidente de Argentina, país que solo está en calidad de "Estado Observador" y al presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, cuando su país ni siquiera figura entre los estados observadores. Pero, además, el reglamento interno de la Alianza establece claramente que, en las Cumbres del mecanismo, sólo participan los Estados Miembros, y hasta ahora esa categoría solo la tienen México, Colombia, Chile y Perú.
En el caso de Ecuador solicitó su ingreso en la última Cumbre realizada en enero pasado en Bahía Málaga-Buenaventura, en Colombia, donde pidió ser "Estado Asociado", al igual que Singapur, pero es muy probable que en el caso ecuatoriano se le dé el acceso como Estado Miembro. El encuentro en México, que inicia el 23 de noviembre, se había programado para llevarse a cabo en Puerto Escondido, Oaxaca, justo a las orillas del Océano Pacífico, pero ayer López Obrador informó que “ya no va a ser en Oaxaca, va a ser en la Ciudad de México”, y aseguró que el cambio de sede se hizo "por cuestiones de logística".
De acuerdo con una fuente militar, la razón por la que se decidió cambiar la sede de la Cumbre de la Alianza del Pacífico fue porque las áreas de inteligencia tuvieron reportes de posibles actos de sabotaje que preparaban los maestros de la CNTE en contra del evento de los Jefes de Estado; además de que conflictos locales de la entidad oaxaqueña, como la huelga y protesta de los trabajadores de limpia y recolección de basura en el estado, que apenas el sábado pasado afectaron la visita de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum a Oaxaca, también se convirtieron en un tema de "preocupación" para la Cumbre de los presidentes latinoamericanos.
Por eso y no sólo por "cuestiones de logística" es que la Presidencia de la República, aconsejada por los militares que resguardarán la seguridad de la Cumbre, se decidió mover la reunión a la Ciudad de México, en donde será inaugurada el miércoles 23 por el presidente López Obrador.
Lo que es un hecho es que, con el pretexto de la reunión de la Alianza del Pacífico, cuya agenda y temas son netamente económicos y comerciales, el presidente mexicano quiere aprovechar la coyuntura y mandar también un mensaje político con esta Cumbre. Porque en ella se juntarían al menos seis presidentes de izquierda de la región latinoamericana, pues además de los presidentes de los Estados Miembros: Boric, Petro, Castillo y el propio Lopez Obrador, asistirían también el presiente Fernández de Argentina y muy posiblemente el presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, aunque éste no ha confirmado aún su asistencia.
¿Será mera casualidad que, sin que sea el tema ni el motivo del encuentro López Obrador quiere reunir a esos seis mandatarios izquierdistas, cinco de los cuales hoy gobiernan y otro que aún no asume la Presidencia en medio de un Brasil dividido y confrontado donde aún hay protestas, bloqueos y señalamientos de "fraude" de los seguidores del presidente Jair Bolsonaro? No hay casualidades en política y menos tratándose del mandatario mexicano que ya ha demostrado que entre sus "sueños, ideales y utopías", como él mismo los llama, sueña con una "América Latina integrada, con cooperación económica y con respeto a la soberanía de cada país", como escribió en su cuenta de Twitter el fin de semana.
Solo que hay dos cosas que López Obrador no dice en ese tuit en el que aparece una foto suya recargado en su escritorio, con una mano en la cabeza y con la mirada perdida como visualizando sus “utopías”: la primera, que cuando habla de "respeto a la soberanía de cada país" está pensando en Estados Unidos y su injerencismo histórico en la región; y la segunda, que entre sus “ideales”, el presidente mexicano también sueña con una América Latina gobernada por la izquierda y con ser él, el líder de esa izquierda latinoamericana.