La guerra chilanga
El segundo debate de los candidatos y la candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México sólo sirvió para confirmar que en la capital de la República se libra una de las batallas más fuertes, rudas y trascendentes para los resultados de las próximas elecciones del 2 de junio. Porque los candidatos que se disputan el gobierno capitalino no sólo representan muy claramente a las dos facciones políticas que se enfrentan lo mismo a nivel nacional que en la ciudad capital que siempre ha sido referente y termómetro de las alternancias políticas en este país.
Fue en la CDMX donde comenzó la caída del PRI en 1997, cuando el entonces partido gobernante a nivel nacional, perdió el Gobierno de la capital que nunca más volvió a recuperarlo hasta la fecha, y tres años después de esa derrota, a manos de Cuauhtémoc Cárdenas el priismo perdería también la Presidencia de la República. Fue también la Ciudad de México en donde empezó el germen del movimiento obradorista, primero con el PRD y que después dio pie a lo que hoy es Morena, que desde la capital de la República construyó una plataforma que hoy le permite gobernar al mayor número de los mexicanos en los estados y la Presidencia.
Por eso lo que suceda en estas elecciones capitalinas será decisivo para la continuidad o el debilitamiento de Morena. Porque perder la Ciudad de México sería un golpe fuerte y duro para el obradorismo y para su candidata, Claudia Sheinbaum, que aún ganando la Presidencia tendría un revés importante si se pierde la ciudad que ella gobernó y que tendría bajo el dominio de la oposición en su eventual mandato. Pero si Morena logra ganar y mantener su dominio en la ciudad que lleva ya 27 años (primero como PRD y ahora como Morena) el mensaje entonces es que la autonombrada 4T consolida su fuerza nacional al mantener su bastión original.
En Morena hay preocupación real y mucho nerviosismo por ganar la ciudad. Aunque las encuestas aún favorecen a Clara Brugada, el crecimiento de Santiago Taboada y la tendencia de voto de rechazo hacia el morenismo que emergió en la ciudad en los comicios intermedios del 2021, hacen prever un escenario en el que una alta participación de los capitalinos termine haciendo aflorar un voto de castigo para el partido gobernante, algo que ninguna encuesta puede prever o registrar de manera puntual. Es tan real la posibilidad de que pierdan la CDMX que la misma Claudia Sheinbaum les pidió a sus operadores nacionales como Ricardo Monreal, Adán Augusto López y otros, que se dividieran la ciudad para que entraran ellos a operar personalmente en las alcaldías y distritos complicados.
Pero el reflejo más claro de la guerra chilanga que se libra en estas elecciones, ocurrió de nuevo ayer en el Segundo Debate entre los candidatos a la Jefatura de Gobierno. El nivel de ataques y menciones negativas entre Santiago Taboada y Clara Brugada dominó casi por completo el encuentro. Si Clara decía que Taboada era corrupto y parte del Cártel Inmobiliario, Santiago reviraba recordándole a la morenista su vinculación con René Bejarano y hablaba de contratos que involucran al llamado “Señor de Las Ligas” en la alcaldía Iztapalapa. Y si el panista mencionaba presuntos negocios en torno a las “Utopías” construidas por Brugada y de las que tanto se afana, ella sacaba una cartulina que mostraba a la cámara con el hashtag #TaboadaMiente.
Fue una guerra tupida y constante este segundo debate entre la candidata morenista y el candidato de la alianza opositora. Y en medio de tantos ataques y tanto llamarse “corrupta”, “mentiroso”, “tú no eres clara, eres opaca y turbia”, “tienes 38 años y ya eres un millonario”, el que salió ganón de tanta mierda que se tiraban los otros dos candidatos, fue sin duda Salomón Chertorivski, que a diferencia de la ocasión anterior del primer debate, donde llevó palomitas para presenciar el agarrón entre sus contrincantes, esta vez aprovechó el tiempo y los golpes de los otros para poner más énfasis en sus propuestas y machacar que él sí representa una opción diferente para la ciudad.
El primer debate chilango no incidió tanto en las preferencias de los votantes o al menos no lo registraron las encuestas que hoy siguen dando ventaja de hasta dos dígitos a Brugada. Pero Morena, Sheinbaum y López Obrador saben que el electorado de la Ciudad de México no es nada predecible; que siendo de los votantes más politizados y de los más participativos, los pronósticos y escenarios se vuelven inciertos, tal como ya les pasó en 2021 cuando nadie, ni la entonces jefa Claudia Sheinbaum ni el propio presidente vieron venir el fuerte golpe que la oposición les propinó al arrebatarles 9 alcaldías y la mayoría en el Congreso local.
La oposición también lo sabe y ayer en el debate, fueron varias las ocasiones en que Santiago Taboada llamó a que la gente saliera a votar, a la participación ciudadana como condición para que haya un cambio y una alternancia democrática en la CDMX, que lleva ya 27 años continuos gobernada por la fracción de la izquierda que representa Morena. “En 2021 les demostramos que no son los dueños de la Ciudad, luego salimos a marchar por el INE y defendimos la democracia. Hoy nos toca salir a votar el 2 de junio para hacer realidad el cambio que viene en la ciudad”, repetía el abanderado panista.
Así que, si nada escrito y con posibilidades cada vez más claras de un viraje político, la ciudad está en disputa. La guerra chilanga se intensifica y su resultado no sólo tendrá impacto local, sobre si siguen gobernando los mismos de siempre o los capitalinos le dan una oportunidad a la oposición panista de dirigir la complicada urbe, lo que pase en la capital de la República también impactará los resultados nacionales y podría definir si aquí empieza de nuevo la caída de un partido gobernante a nivel nacional, como le sucedió al PRI y ahora le puede pasar a Morena.
Los dados mandan Escalera Doble. Bien comienza la semana.