A ver, a ver ¿qué extraños enjuagues se trae el gobierno mexicano con el magnate indio Mukesh Ambani?
A VER, A VER, ¿qué extraños enjuagues se trae el gobierno mexicano con el magnate indio Mukesh Ambani? El hombre más rico de Asia y décimo más rico del mundo parece muy interesado en "ayudar" a la administración de Andrés Manuel López Obrador.
TAN ES ASÍ que en estos días anda en la India la secretaria de Energía, Rocío Nahle, supuestamente para aprender sobre la experiencia de la megarrefinería en Jamnagar, de Reliance Industries, el consorcio de Ambani. La funcionaria comentó en redes que la "generosidad" de la empresa ha sido invaluable, lo que a más de uno hizo levantar las cejas. ¿A poco el viaje de toda la comitiva oficial lo pagó Reliance?
LA PREGUNTA viene al caso porque Ambani y su emporio no están exentos de sospechas de corrupción y tráfico de influencias. Hace dos años protagonizó un escándalo por un contrato gubernamental para la compra de aviones y su familia y él son investigados por un posible esquema de evasión de impuestos y lavado de dinero.
Y AUNQUE Ambani es reconocido como un gran filántropo, está difícil creer que su interés por el proyecto de Dos Bocas obedezca a que es una hermana de la caridad.
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VAYA EQUIPO integró Rosario Piedra en la CNDH. Nomás hay que ver el desastre que está provocando Guillermo Gutiérrez a sólo un mes de haber sido designado coordinador para Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila. Ya puso en su contra a familias de desaparecidos y colectivos de búsqueda de todo el país, que ya hasta exigen su destitución.
Y NO ES para menos, pues con la empatía y sensibilidad de un tractor, el funcionario se aventó a calificar de fracaso los esfuerzos de las familias tamaulipecas que buscan a sus desaparecidos. Según Gutiérrez, en la búsqueda de cadáveres sólo han hallado ropa y para eso, dijo, mejor "los llevó al tianguis".
MENOS MAL que Piedra Ibarra llegó como titular de la CNDH para darle prioridad a la búsqueda de desaparecidos... ¡que si no!
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EN UNO de los programas estrella del gobierno, "Sembrando vida", lo único que ha germinado son la ineficiencia y las ambiciones, como lo dejó ver la intempestiva renuncia del tabasqueño Javier May como responsable del mismo.
EN UN comunicado emitido por él mismo y no por la Secretaría de Bienestar, anunció su renuncia como subsecretario quejándose de que María Luisa Albores "unilateralmente" le quitó atribuciones.
LA REALIDAD es que el programa ha sido un fracaso, pues de los 500 millones de plantas que debía sembrar el año pasado, no logró plantar ni el 15 por ciento. Y para este año la meta -no se rían- es sembrar ¡mil millones de plantas! Con un presupuesto de 28 mil millones de pesos. Y todo, claro, sin reglas de operación, transparencia ni rendición de cuentas. ¡Chulada!