El populismo los hace y ellos se juntan
EL POPULISMO los hace y ellos se juntan.
Todo indica que en julio se reunirán Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, en lo que sería el primer viaje al extranjero del presidente mexicano, en el peor momento posible.
EL ENCUENTRO sería en plena contienda electoral y para AMLO sería como subirse al Titanic, pues Trump está en lo más bajo de su popularidad, se ubica 10 puntos por detrás de Joe Biden y es el apestado internacional por el mal manejo de la pandemia.
Por si fuera poco, al inquilino de la Casa Blanca en estos días se le está incendiando el país y él le echa más gasolina con su discurso autoritario y racista.
Igual que hace cuatro años, con Enrique Peña Nieto, un presidente mexicano le haría el caldo gordo a la campaña electoral de Donald Trump.
LO ÚNICO bueno para el mexicano es que no tendrá que preocuparse por usar cubrebocas, ya que su “amigou” tampoco cree mucho en la ciencia.
Ahora nomás falta saber si López Obrador viajará a Washington en el Jetta o si se llevará el carruaje de Benito Juárez.
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HAY QUIENES coleccionan carritos Hot Wheels, en cambio Miguel Barbosa colecciona enemigos.
En su afán por controlar la BUAP, desde que asumió la gubernatura le ha hecho la guerra al rector Alfonso Esparza Ortiz… ¡y ahora a su familia!
POR increíble que parezca, la Secretaría de Planeación y Finanzas de Puebla denunció a Luz Andrea Esparza Vergara, hija del rector, por supuestas “discrepancias” entre sus ingresos y egresos, ¡de hace siete años!
En todo el año la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica no había abierto una sola investigación, hasta ahora.
¿Alguien cree que sea coincidencia?
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CADA VEZ queda más claro que el papel de Hugo López-Gatell no era encabezar la lucha contra la pandemia, sino contra la transparencia.
Y es que el vocero del Gobierno federal lleva tres meses y 10 mil fallecimientos cambiando una y otra vez las explicaciones, las versiones, las justificaciones.
CUANDO se necesitaban pruebas, el Subsecretario dijo que no eran importantes.
Cuando empezaron los contagios, dijo que no había que contarlos sino sólo estimarlos.
Cuando urgían los tapabocas, dijo que no servían.
Cuando se empezaron a registrar los muertos, dijo que serían pocos.
Cuando se dispararon los contagios, dijo que el número era lo de menos.
Y anoche salió con la novedad que nunca dijo lo que siempre dijo y entonces resulta que todavía no llegamos al pico de la pandemia, pero ya empezamos con la reapertura.
Más que el de Hipócrates, pareciera que López-Gatell hizo el juramento de Eurípides, por aquello de que su gestión es una tragedia para la ciencia.