En tan sólo un mes ya le estalló el primer escándalo de corrupción a Jaime Bonilla
EN TAN SÓLO un mes ya le estalló el primer escándalo de corrupción a Jaime Bonilla, quien tuvo que reemplazar al Oficial Mayor y a la secretaria de Bienestar Social por acusaciones de moches.
SIN EMBARGO, a ver si no resulta peor el remedio pues el nuevo encargado de la administración en su gobierno es Héctor Mares Cossío, un viejo empleado suyo que también fue secretario privado adjunto de Carlos Salinas de Gortari. Y cuando Bonilla era funcionario en Estados Unidos, en la Junta de Aguas del Condado de Otay, el tal Mares casuaaalmente obtuvo millonarios contratos.
Y A CARGO de los programas sociales de Baja California quedó Laura Torres, de larga militancia priista, así que sin duda le sabe a eso del clientelismo electoral.
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NI LA PELEA de Andy Ruiz está causando tantas expectativas como el combate por la designación de la nueva ministra de la Suprema Corte. La disputa está fuerte entre los bandos de la 4T que apoyan a las punteras: Margarita Ríos-Farjat y Ana Laura Magaloni.
LO QUE se comenta en el Senado es que ha habido un intensísimo cabildeo -no vayan a pensar que son presiones- en favor de la titular del SAT: desde llamadas de Palacio Nacional, hasta promoción por parte de algunos gobernadores e, inclusive, de organismos empresariales.
DADO el buen perfil de ambas, la bancada de Morena está muy dividida -y más por los jaloneos desde el gobierno- al grado de que ninguna tiene asegurado el triunfo. Incluso, dicen que podrían no llegar a un acuerdo, con lo cual la terna tendría que ser rechazada.
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OTRO NOMBRAMIENTO envuelto en la polémica es el de la titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, pues una de las candidatas ya despacha en esa posición sin tener formalmente el cargo.
TRAS LA RENUNCIA de Jaime Rochín, al frente de la CEAV quedó de manera interina María de los Ángeles Haces Velasco. Y al ser propuesta en la terna oficial, en lugar de separarse del organismo para que hubiera piso parejo, decidió quedarse.
PERO lo que en realidad más pesa en su candidatura son las críticas que en el propio Senado le hicieron organismos de víctimas de desaparición forzada, que consideran que le falta, digamos, empatía.
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ALLÁ por 2004, miles de personas desfilaron de blanco para protestar por la inseguridad en la Capital y el entonces Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, los descalificó diciendo que eran "pirrurris". El domingo volvieron a salir, esta vez en 36 ciudades, varios miles de esos que no acostumbran marchar, y el mismo López Obrador volvió a descalificarlos al decir que "se están quitando la máscara" y que son "ciudadanos disfrazados". De sus reclamos, no dijo nada.