La reforma para prohibir el outsourcing...
LA REFORMA para prohibir el outsourcing está viviendo horas críticas.
Quienes han estado al pendiente de las negociaciones dicen que los empresarios ya tienen claro que en Palacio Nacional no tienen interés en ceder demasiado.
DE AHÍ QUE están tratando de negociar tres cosas: que se le quite la tipificación como delincuencia organizada; que se amplíe el plazo para su entrada en vigor, pues el gobierno quiere que sea prácticamente de inmediato; y que se imponga un tope al reparto de utilidades, a fin de garantizar que se pueda recontratar a la mayor cantidad posible de personal.
LA TIRADA de los diputados de Morena es aprobar el próximo miércoles, a más tardar, esté como esté, la iniciativa, lo que presiona aún más las negociaciones que llevan Zoé Robledo y Luisa Alcalde.
Por el lado de la iniciativa privada hay quejas de que el gobierno sigue poniéndole trabas a la inversión, en lugar de fomentarla.
TAL VEZ eso explica en parte el hecho de que han crecido 22 por ciento las inversiones de mexicanos en Estados Unidos.
Como diría el clásico: Dinero, ¿a dónde vas?
¡A donde hay más!
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NO ES por ser aguafiestas, pero es falso que se haya eliminado el fuero del presidente de la República, pues la reforma aprobada sólo amplía y detalla los delitos por los que se le puede acusar penalmente.
Peeero, la realidad es que para que una fiscalía pudiera acusarlo ante un juez, sigue siendo necesario un juicio político en el Senado, como marca la Constitución.
Y PARA que ese juicio lleve a la destitución del funcionario, se requiere el voto en favor de las dos terceras partes de los senadores, lo cual en tiempos de la aplanadora morenista es tan probable como que caiga nieve en el infierno o que los Vaqueros de Dallas ganen esta temporada el Super Bowl.
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PODRÍA SER una ocurrencia más, una de las tantas que tiene el Presidente todos los días.
Pero que Andrés Manuel López Obrador les quiera imponer su código moral a las y los mexicanos resulta preocupante, pues esa no es la función de un jefe de Estado.
PORQUE una cosa es cimentar un proyecto de gobierno en ideales y creencias políticas, sociales y económicas (socialista, demócrata cristiano, neoliberal, libertario, cualquiera es válida).
Pero es otra muy, pero muy distinta creerse el patriarca que debe guiar al pueblo a la salvación de su alma.
Eso es cosa de profetas o de tiranos, no de demócratas.
PORQUE ahora resulta que los mismos que exoneraron a Bartlett, que redimieron a Napito, que apapachan a Lozoya, que borraron los videos de Pío, que se hicieron de la vista gorda con la misoginia de Ackerman, que hicieron diputado a Noroña; que tienen como asesor a Salinas Pliego y que repelan de usar cubrebocas... ¡quieren dar clases de ética!