LAS JACARANDAS fueron cómplices de la marea violeta que desbordó ayer las calles
LAS JACARANDAS fueron cómplices de la marea violeta que desbordó ayer las calles, las plazas y las conciencias, en una de las marchas más intensas y emotivas que haya vivido México.
QUÉ IMPORTA si eran 80 mil como dicen las autoridades, o 200 mil o un millón, esas mujeres hablaban por millones con sus cantos, sus consignas y sus pancartas. Aquello era un mar de mensajes dolorosos por ciertos: "Marcho con mis hijas para no marchar por ellas"; "Cuando salgo de noche no quiero ser valiente, quiero ser libre"; "Ya no quiero tener miedo"; "Olvidé mi estatura hasta que me puse de pie".
Y AUNQUE en sentido estricto no se trata de una protesta contra el gobierno, sino una exigencia de que cambiemos como sociedad, el presidente Andrés Manuel López Obrador siguió con su política de ni las veo, ni las oigo. Se fue a refugiar a Fresnillo, Zacatecas, en un mitin bien repleto de acarreados, ante los que presentó los programas sociales que ya todo el mundo conoce. De las marchas que se repitieron por todo el país, ni una palabra dijo.
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POR CIERTO que más de uno se quedó con el ojo cuadrado al ver que el gobierno feminista de Claudia Sheinbaum le cerró el paso a las mujeres. Lo que nunca había pasado, clausuraron el acceso ¡a Madero! por Eje Central y obligaron a las manifestantes a dispersarse para llegar al Zócalo por las calles aledañas.
Y EN la agencia gubernamental Notimex, la "noticia" por supuesto no fue la marcha, sino los actos vandálicos de unas cuantas ultras que fueron claramente repudiadas por el resto de los contingentes. Una medalla más para Sanjuana Martínez.
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EL QUE no puede darse el lujo de cerrar los ojos es Arturo Herrera, que ya debería estar anunciado qué diablos va a hacer el gobierno federal para enfrentar la repentina debacle del petróleo, el peso y los mercados.
PESE A QUE Arabia Saudita desató una crisis mundial al aumentar de golpe su producción de crudo y reducir también su precio, no se ha visto que el secretario de Hacienda o la titular de Energía, Rocío Nahle, reaccionen ante un broncón que le pega a México por todos lados.
SI YA de por sí Pemex es un elefante reumático, la caída en un 30% en el precio del barril de petróleo debería obligar a las autoridades, al menos, a preocuparse.