Mal debe andar las cosas para Andrés Manuel López Obrador
MAL DEBEN andar las cosas para Andrés Manuel López Obrador cuando tuvo que revivir su ocurrencia de la
revocación de mandato y hasta echarle pleito al Chicharito, a Thalía y a Eugenio Derbez.
CUALQUIERA podría preguntarse por qué al presidente de México le interesa en este momento más su aprobación que la crisis sanitaria que atraviesa el país. El mandatario quiere hablar de elecciones cuando el número de contagiados de coronavirus crece exponencialmente, el de muertos se contará en miles y no hay capacidad institucional para atenderlos.
ES CLARO que el Presidente insiste en estar en la boleta en 2021 para andar en campaña -como si no lo hiciera todos los días-, con el objetivode asegurarle a Morena y a sus aliados mantener el control de la Cámara de Diputados.
Y AUNQUE el propio Ricardo Monreal yadejó en claro que la reforma para la revocación en 2021 no pasará,
casuaaalmente los legisladores y funcionarios de Morena recibieron la orden de promover la campaña “El pueblo
manda”, con la que pretenden darle vida artificial a un debate inexistente.
ASÍ QUE todo hace pensar que en realidad AMLO sólo busca distraer la atención del fiasco que ha sido su gobierno
ante el Covid-19.
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NO ES por echarle a perder el festejo a Rocío Nahle, pero la situación de los precios del petróleo no parece mejorar.
Contrario a lo que esperaba, luego del anuncio del acuerdo de OPEP plus, la cotización no se disparó. De hecho, ayer
mismo sufrió otro fuerte descalabro.¿La razón? Los mercados ven insuficiente el histórico recorte de 10 millones de barriles diarios en la producción mundial.
YA EL PROPIO director de Pemex que despacha en Washington, Donald Trump, había dicho que el recorte tendría que ampliarse antes de lo esperado. Y por lo que se está viendo, la cosa pinta feo pues, ante el confinamiento mundial, evidentemente,la demanda de combustible ha caído de manera radical.
Así que los 100 mil barrilitos que México recortó, en realidad, son poco menos que cacahuates.
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QUE ALGUIEN les avise a los diputados federales que ya se les van a acabar las vacaciones, pues se dice que serán
pronto convocados a sesionar para aprobar unas reformas que pidió el Ejecutivo.
Una de ellas es la que presentó Morena y que supuestamente busca regular las compras gubernamentales pero que, en los hechos, facilitará que el gobierno siga haciendo compras millonarias sin licitación y, claro, sin transparencia.
LA COSA es que para sesionar necesitan hacerlo en el salón de sesiones y ahí, entre los 500 legisladores, nomás no
cabe doña Susana Distancia.