Una duda...
UNA DUDA: los miles que marcharon ayer al Zócalo... ¿también eran bots?
Da la impresión de que la nutrida asistencia a la marcha anti-AMLO no sólo sorprendió a los propios organizadores, sino sobre todo a los estrategas de Palacio Nacional.
Y ES QUE la megamanifestación se organizó en apenas tres días, ya que fue el martes cuando Andrés Manuel López Obrador retó a sus críticos diciendo que renunciaría si más de 100 mil personas marchaban en su contra y perdía apoyo en las encuestas.
LOS DE Frena aseguran que los ciudadanos que acudieron duplicaron ese número; las autoridades dicen que no llegaron a 20 mil pero, más allá de la guerra de cifras, hay una inconformidad creciente y viva ante las decisiones de un mandatario que insiste en gobernar sólo para su proyecto y no para todos los mexicanos.
¿QUÉ HABRÍA pasado si la marcha se hubiera convocado con más tiempo y mejor organización?
Es pregunta que se hacen en el Gobierno, tronándose los dedos y comiéndose las uñas.
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MUCHOS buscarán colgarse la medalla de haber logrado juntar a miles de mexicanos para salir a manifestarse, pero ese mérito sólo es de una persona: Andrés Manuel López Obrador, quien, al lanzar el desafío en su mañanera, demostró que si algo no ha perdido es su poder de convocatoria... ¡aunque sea en su contra!
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QUIENES saben de temas migratorios dicen que la nueva caravana que salió de Honduras está más rara que el wolframio, pues no quedan claras sus motivaciones reales.
SOBRE TODO porque parece estar sincronizada con los tiempos electorales en Estados Unidos, pues estaría llegando a la frontera norte justo a tiempo para el segundo debate, dando a Donald Trump la oportunidad de arremeter contra México, promover su muro y encender los temores contra la migración.
Claro, eso si hay segundo debate.
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VAYA campaña contra las carreteras de cuota la que trae el diputado local de Morena en el Estado de México Max Correa.
PRIMERO, pidió que se cancelara la concesión de la Autopista Toluca-Atlacomulco argumentando que es parte de la Carretera Panamericana y debe ser gratuita debido a un tratado internacional y, ahora, promueve que la SCT “rescate” el Viaducto Bicentenario y elimine el cobro de peaje porque se construyó en un terreno federal.
TODO INDICA que el pretexto es lo de menos, pero lo que ya genera sospechas es si la obsesión del legislador no tiene que ver con algún interés que va más allá del bienestar de sus representados.
Bien raro, la verdad.