En el Santuario y en el Cerro, celebran a la Virgen de Guadalupe

Desde antes de caer la noche, los primeros 15 kilómetros de la carretera con destino a Guaymas se vieron bordeados por grupos de peregrinos de todas las edades que emprendieron un largo camino para subir el cerro.
Los feligreses le cantaron Las mañanitas. (Foto: Berenice Bauza / EXPRESO)

Casi 20 kilómetros separan al 'Cerrito de la Virgen' y al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, dos puntos neurálgicos para la comunidad católica de Hermosillo y de Sonora, principalmente cuando cae la tarde del 11 de diciembre y hasta el cierre del día siguiente: un lapso en el que se celebra el Día de la Virgen de Guadalupe.

La celebración tiene como fondo rememorar el día 12 de diciembre de 1531, día en el que, según la tradición católica, la Virgen María se apareció a Juan Diego en el cerro del Tepeyac, al norte de lo que hoy se conoce como la Ciudad de México.

En el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en la colonia San Benito, las muestras de devoción comenzaron desde el martes 3 de diciembre, fecha en la que 'la casa de la virgen' recibió a la primera de las tradicionales peregrinaciones: una que fue acompañada por el Decanato 3 de la ciudad y por mineros, ganaderos y agricultores.

Los días siguientes, hasta este 11 de diciembre, las peregrinaciones continuaron en el marco del año de la paz, de modo que la intención de cada día fue orar por algunas de las comunidades y causas más sentidas de la actualidad, tales como el destino de los migrantes, desaparecidos, médicos, enfermos, comerciantes y gobernantes.

El arzobispo Ruy Rendón Leal se presentó en el santuario guadalupano este jueves para oficiar la misa a las 22:00 horas, luego de terminada la adoración nocturna, y comenzar la celebración que tuvo su cúspide, como manda la tradición, con 'Las mañanitas' a la virgen.

"Sin duda para todos los mexicanos esta noche es una noche santa, hoy celebramos a la santísima Virgen María, nuestra señora de Guadalupe. De modo especial el pueblo de México la honra de muchas maneras. Nosotros como hombres y mujeres de fe, estamos aquí en el santuario para celebrar esta gran fiesta del pueblo de México. Quiero ofrecer la santa misa por ustedes, queridas familias, que con devoción se reúnen en este lugar sagrado y por las familias que siguen en casa; pido a Dios por nuestros enfermos y encomiendo también a nuestros familiares difuntos", dijo el arzobispo de Hermosillo.

El mismo espíritu se vio enmarcado en los pasos de miles de personas y en los cientos de placas enclavadas en el 'Cerrito de Virgen' que resumen la festividad a través de la frase "Gracias por el milagro concedido".

Desde antes de caer la noche, los primeros 15 kilómetros de la carretera con destino a Guaymas se vieron bordeados por grupos de peregrinos de todas las edades que emprendieron un largo camino para subir el cerro, encender una veladora a los pies de la imagen de Nuestra Señora y agradecer un milagro o pedir alguno.

Estos milagros, sin embargo, van de lo más extraordinario, como vencer una enfermedad terminal, hasta lo más simple, como la existencia:

"Lo hago simplemente por agradecimiento, por la salud que nos ha brindado, por la salud de mi padre que se complicó un poco. Simplemente por eso, para darle las gracias por lo que nos ha dado y también por lo que nos ha quitado. Por los momentos que hemos vivido", compartió José Ángel, joven de 25 años oriundo de Hermosillo, quien subió todos los escalones de rodillas hasta llegar a la pintura de la Virgen María; una pintura presente en el lugar desde la década de 1950 y que, para estos momentos, se encuentra iluminada por innumerables veladoras encendidas.