Diana lleva alimento a los niños del poblado Miguel Alemán
El olor a carnitas y chicharrón fue lo que atrajo a los primeros comensales que al principio se acercaban tímidos a la invitación a comerse un taco. Luego se relajaban al ver la sonrisa de Diana González, quien un día le hizo caso a su corazón y con todo y ollas de su negocio en Hermosillo decidió acercarse al Poblado Miguel Alemán para brindarle alimento a la gente necesitada.
Desde hace tres años Diana comenzó a apoyar al comedor Unidos por Miguel Alemán, donde se atiende a la población más vulnerable de la región.
Junto a otros amigos, la propietaria de Carnitas El Coxxito ha colaborado en la alimentación que se brinda en ese lugar hasta para 300 personas al día.
González comentó que fue gracias a que amigos le indicaron que en ese lugar habita mucha gente con dificultades socioeconómicas, a tal punto de no contar con qué comer y que los niños son los más afectados.
Pero fue durante el año 2020, a raíz de la pandemia por coronavirus, que ella observó la necesidad crítica de sus habitantes, quienes quedaron sin trabajo y sin la posibilidad de llevar alimento para sus familias.
Durante ese año, Diana, su familia y amigos cargaron un pick up con ollas con alimento, con la idea de garantizar a la población más vulnerable por lo menos un plato de alimento que tener en el día.
Destacó que el apoyo se ha ofrecido tanto al comedor Unidos por Miguel Alemán, como al albergue Guadalupe, este último dedicado a dar asilo a personas en situación de calle.
“Al ver la necesidad, principalmente en los niños, fue algo que no pudimos dejar pasar, acudimos por primera vez, unos meses posteriores a la ola alta de coronavirus, es increíble la cantidad de personas que necesitan de nuestra ayuda”, dijo.
Sin embargo, González se encuentra consciente de que la necesidad no solamente se concentra en época decembrina, por lo que procura acudir la mayor cantidad de veces que pueda en el año, en compañía de sus dos hijos, quienes han empatizado con la causa.
“Recuerdo que una de las veces que asistimos, uno de mis hijos me dijo: ‘¿sabes qué? me quiero llevar a uno de los niños’. Obviamente, le dije que no es tan sencillo como decir solamente: me lo quiero llevar”, comentó.
El pasado 13 de agosto, Diana y sus hijos acudieron al comedor donde llevaron a cabo la entrega, junto a otros voluntarios, alimento que fue suficiente para ofrecer a 350 niños de escasos recursos.
Destacó que brindar comida a los menores, es una satisfacción en espíritu, razón suficiente para volver con más apoyo para ayudar a quienes más lo necesitan.