Gonzalo Leyva festeja su cumpleaños y el Día del Maestro desde hace 36 años
Fue el destino el que encaminó a Gonzalo Leyva Pacheco a convertirse en docente, y cumple ya 36 años ininterrumpidos impartiendo clases, 30 de los cuales en aulas de la Universidad de Sonora. Además, él festeja este 15 de mayo el Día del Maestro, pero no solo eso, también su cumpleaños.
Originario de Empalme, llegó a Hermosillo cuando era momento de que estudiará su preparatoria, su padre fue ferrocarrilero y su mamá trabajo algún tiempo en las farmacias del pueblo, y sus planes era irse al ramo turístico, y estudiar una carrera que estuviera relacionado a ello.
Fue su hermana la primera en dejar su ciudad natal para prepararse profesionalmente en la capital sonorense, y ella también fue quien impulsó a un joven Gonzalo a que continuara su preparación académica en Hermosillo.
“A mí me gustaba el área turística porque en el Cobach había un eje especializante que era Técnico en Turismo. Hice mis prácticas en hoteles de Hermosillo y además no era obligatorio llevar esos ejes; los alumnos que no quisieron estudiar cosas así, a las 12 se iban a su casa y nosotros nos quedábamos hasta las 2”.
"Teníamos inglés turístico, derecho laboral y llevábamos materias relacionadas a la especialidad que se llamaba Técnico en Empresas Turísticas; el turismo me gustó mucho, pero como tenía 17 años cuando salí de la prepa, mi padre me dijo que estaba muy chico para mandarme a otra parte a estudiar”, recuerda el maestro.
Acertada decisiónFue ese giro el que lo impulsó decidirse por estudiar la licenciatura en Ciencias de la Comunicación lo que le daría paso en un futuro a convertirse en docente, pues una vez concluida la carrera, las puertas se le abrieron para que empezara a ejercer su trabajo como educador.
“Recién egresé de la licenciatura y empecé a meter mi currículum en diferentes trabajos y no llevaba ni una semana metiendo documentos, aparte que tenía un pero en aquel entonces, porque yo egresé de 21 años, entonces en las empresas me decían que estaba muy chico para manejar mucha gente”, expresó.
“Yo lo tomé a bien, no podía discutir eso porque en realidad si estaba chico, pero estaba preparado, sin embargo esas eran las reglas del juego en el mercado de trabajo en aquel tiempo. Entonces fui invitado por la misma escuela de comunicación, me dijeron que por haber sido alumno y no dudaron en darme asignaturas que podía desarrollar bien y efectivamente”, contó Leyva Pacheco.
Su primera materia fue la de Desarrollo Histórico de los Medios de Comunicación donde contaba la historia de México, pero desde la vertiente de los medios como el periódico, la radio y la televisión, ahí mostraba el impacto que tenían cada uno de ellos a través del tiempo.
El reto de ser profesorSer un docente de universidad es un reto que el profesor ha tomado por los cuernos, ser un maestro universitario es llevar el peso de preparar a los futuros profesionistas del país, un reto que consiguió sacar adelante con actitud.
“En la historia que yo he tenido en la universidad he visto cambios generacionales, pero todo está también en la actitud del profesor, es decir, el profesor tiene que estar preparado, tiene que saber obviamente más que los alumnos depende de la materia que imparta”.
“Tiene que ser creativo para poder enseñar, no solamente el uso de las tecnologías y ya de ahí descansar en eso, también tienen que crear un ambiente de aprendizaje que realmente les interese, que sepan ellos que el conocimiento que están adquiriendo tiene significado que les va a servir para algo, que no es un trámite para salir y trabajar, que hay que prepararse bien porque de ello va a depender el resto de su vida profesional”, comentó.
Apoyo y unidad familiarPor el lado familiar, Gonzalo siempre ha puesto por delante a su hogar, sobre todo por el apoyo que le brindaron tanto sus hijos como su esposa al entender la demanda que significa ser un maestro.
“Si estás bien con la familia eres más feliz y también desarrollas mejor lo demás, entonces mis hijos siempre comprendieron mi trabajo, mi esposa. Yo les resolvía sus dudas en temas que yo podría dominar o mejorar, había otros que no podía y eso también como profesor tienes que reconocer que no es tu área”.
“Quien cree que sabe todo, es un tremendo ignorante, no veo ni vi, ni sentí nunca un conflicto en ese sentido, es un trabajo más; salir a tal hora, convivir con ellos a la hora de la comida y una ventaja es que ser docente a nivel que sea tiene la compensación de muchas vacaciones y hay más convivencia familiar”, agregó Gonzalo.
Entre los alumnos y amigos del académico, siempre lo ha identificado su sinigual forma de ser. Alegre y simpática, en otras palabras su actitud, misma con la que en la pandemia del Covid-19 en 2020 animó a sus compañeros de resguardo mientras estaba postrado en una cama con complicaciones para respirar con oxígeno las 24 horas.
“Yo doy gracias a Dios que sobreviví y gracias a que Dios me ayudó, estuvo en mis manos tener una buena actitud y entonces yo ayudaba a los demás a levantarles el ánimo, a rezar, a platicar porque si no me hubiera dejado llevar yo también por la tristeza”.
“Quienes fallecieron no es que no tuvieran actitud, eso nunca lo pondría en duda porque sé y lo viví, el sufrimiento que se tiene de no tener cerca un ser querido y que si mueres, mueres solo, con gente buena, pero realmente desconocida para ti; el doctor, la enfermera mis respetos para ellos, fueron mis héroes, pero yo doy gracias a Dios que sobreviví”, recordó el maestro.
Este día del maestro el profesor Gonzalo quien después de sus 36 años se retirará, al completarse el proceso de jubilación, exhortó a los profesores de cualquier nivel educativo a comprometerse con la docencia, ya que el maestro es un guía para que los estudiantes descubran sus caminos.
“Como los podemos hacer triunfar, también los podemos echar a perder y entonces debe de haber ese compromiso, si no, es mejor no ser profesor, si lo hacen por dinero u otros intereses ajenos a ese amor por enseñar, por formar, pues que lamentable”.
“La docencia, el ser profesor implica disciplina, dedicación, amor a tu trabajo, respeto a todos las alumnas y alumnos, implica mantenerte actualizado, bien capacitado para poder ofrecer cada vez mejores cosas y nunca decir que ya lo sabes todo”, finalizó Leyva Pacheco.
Este 15 de mayo se celebra el Día del Maestro y de la Maestra, esos segundos padres o madres para muchos estudiantes que transitan su recorrido académico que definirá el rumbo de sus vidas, de parte del periódico EXPRESO agradecemos a todos los profesores que nos formaron y los felicitamos por este día tan especial.